Cuando das con todo tu corazón, estás destinado a obtener algo a cambio.
Conozco a muchas personas que se frustran cuando comparten y no obtienen nada por ello. La clave es no esperar que la persona a quien das te dé nada a cambio.
Nuestros cinco sentidos nos impiden ver que es la Luz la que está dando, no la otra persona. Lo cual significa que, cuando estás en una relación, debes enfocarte sólo en compartir, sin preocuparte de cómo o cuándo obtendrás tu parte, ya que el intercambio real no es entre la otra persona y tú, sino entre el Creador y tú.
No importa si la energía viene de esa persona o de alguna otra. Cuando das con todo tu corazón, aunque tu juicio sea que no estás obteniendo suficiente a cambio, o que esa persona no está haciendo su parte, si permaneces enfocado en hacer la tuya, la energía volverá a ti. Y debe hacerlo porque así es como está estructurado el sistema espiritual.
Obviamente, no podemos dar continuamente a la misma persona que no da nada a cambio, pues caemos en el riesgo de darle lo que los kabbalistas llaman “el pan de la vergüenza”. Pero en el curso normal de eventos, podemos mejorar al no calcular cada paso del camino, y en vez de eso fluir con él.
Kabbalísticamente, dejar ir nuestro deseo de obtener una retribución es como construir un templo en nuestro interior en el que la Luz puede aposentarse, permitiéndonos así conectarnos a la realización y a todo lo bueno. En cambio, cuando buscamos qué podemos obtener a cambio, construimos un lugar para que el caos se instale. Esto se convierte en la fuente de todo lo que causa estragos en nuestra vida.
Esta semana, encuentra la fortaleza para compartir unilateralmente. Abre tu corazón y da a los demás, sin esperar nada a cambio.
Todo lo mejor,
Conozco a muchas personas que se frustran cuando comparten y no obtienen nada por ello. La clave es no esperar que la persona a quien das te dé nada a cambio.
Nuestros cinco sentidos nos impiden ver que es la Luz la que está dando, no la otra persona. Lo cual significa que, cuando estás en una relación, debes enfocarte sólo en compartir, sin preocuparte de cómo o cuándo obtendrás tu parte, ya que el intercambio real no es entre la otra persona y tú, sino entre el Creador y tú.
No importa si la energía viene de esa persona o de alguna otra. Cuando das con todo tu corazón, aunque tu juicio sea que no estás obteniendo suficiente a cambio, o que esa persona no está haciendo su parte, si permaneces enfocado en hacer la tuya, la energía volverá a ti. Y debe hacerlo porque así es como está estructurado el sistema espiritual.
Obviamente, no podemos dar continuamente a la misma persona que no da nada a cambio, pues caemos en el riesgo de darle lo que los kabbalistas llaman “el pan de la vergüenza”. Pero en el curso normal de eventos, podemos mejorar al no calcular cada paso del camino, y en vez de eso fluir con él.
Kabbalísticamente, dejar ir nuestro deseo de obtener una retribución es como construir un templo en nuestro interior en el que la Luz puede aposentarse, permitiéndonos así conectarnos a la realización y a todo lo bueno. En cambio, cuando buscamos qué podemos obtener a cambio, construimos un lugar para que el caos se instale. Esto se convierte en la fuente de todo lo que causa estragos en nuestra vida.
Esta semana, encuentra la fortaleza para compartir unilateralmente. Abre tu corazón y da a los demás, sin esperar nada a cambio.
Todo lo mejor,
Yehudá Berg
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