"La esencia de la grandeza radíca en la capacidad de la realización personal propia en circunstancias en las que otros optan por la locura." - Dr. Wayne W. Dyer

Dioses del Eden capitulo 23 : El Rey de las Ratas, primera parte


Durante toda la historia, pequeños grupos de élites política y económica pertenecientes a la red mística de la Hermandad, se han beneficiado de los conflictos generados por la red. Si los antiguos mesopotámicos, los americanos y los escritores bíblicos están en lo correcto, entonces aquellas élites humanas son realmente únicas en el tope de una jerarquía de prisioneros. Podemos etiquetar aquellas élites como los Reyes de las Ratas en la Tierra.

El término “Rey de las Ratas” proviene de una novela de James Clavell, la cual fue posteriormente llevada al cine en Hollywood por la estrella George Segal. La historia del Rey de las Ratas tiene que ver con un grupo de soldados norteamericanos y británicos que eran mantenidos cautivos en un campo japonés de prisioneros de guerra durante la II Guerra Mundial. Mediante una inteligente negociación y organización, uno de los prisioneros norteamericanos, el sargento King, administra un negocio que le permite amasar una riqueza en bienes materiales que son desesperadamente ansiados por los otros prisioneros de guerra. Como resultado de esto, el sargento se colocó en el tope de la jerarquía de los prisioneros y con frecuencia compra lealtades con un cigarrillo o un huevo fresco. Los otros prisioneros lo llaman simplemente el Rey, por el sólo hecho de estar en una prisión. Cuando se embarca en una aventura de criar ratas para venderlas como alimento, adquiere el título de Rey de las Ratas, el cual parece encajar muy bien en él.

El Rey de las Ratas gozaba de ciertos lujos envidiados por los demás prisioneros, aunque el hecho real era que continuaba siendo un prisionero también. El Rey de las Ratas dolo puede permanecer en la cima de la jerarquía únicamente mientras permanezcan todos en prisión. Al final de la película, cuando la guerra termina y el campo es cerrado, ya no tiene más el ambiente de la prisión que lo ayude a mantenerse en la cumbre. En libertad, se encuentra perdido, dudando si realmente considera bienvenida la liberación. En la escena final de la película vemos cómo lo llevan en un camión, precisamente otro sargento. Sin embargo, sentimos que aunque el Rey de las Ratas no existe, es mejor liberado del campo ya que el frágil feudo que él había creado iba a ser derribado fácilmente en cualquier momento por los japoneses encargados de la prisión. La vida del Rey como un sargento libre es mucho más segura que su precaria existencia en la cima de una población oprimida en una prisión.

El Rey de las Ratas del cine, finalmente resultó de un carácter simpático. Aquellos a quienes nosotros podemos etiquetar como los Reyes de Ratas de la Tierra, no son tan simpáticos como para que usáramos el término para describir sólo aquellos individuos que adquieren su beneficio e influencia no criando ratas sino ayudando a criar la guerra y el sufrimiento humano para consumo de los pueblos.

La Tierra ha tenido por milenios una interminable sucesión de Reyes Ratas. En este capítulo, nosotros miraremos a un grupo particularmente interesante de ellos: los principados alemanes del siglo XVIII. Ellos y sus relaciones con el misticismo de la Hermandad, nos proporcionan una fascinante visión de un curioso elemento de la política del siglo XVIII, políticas que han hecho mucho por la forma social, económica y de gobierno del mundo en que hoy vivimos.

Alemania se convirtió en el centro de la Francmasonería Templaria en el continente europeo. Los grados de caballería tomaron un carácter único en aquellos estados alemanes donde estos formaban parte del sistema de la francmasonería llamado la “Estricta Observancia”. Esta se denominaba así porque se requería de cada iniciado un juramento de estricta e incuestionable obediencia para aquellos rangos por encima de él dentro de la orden. El voto de obediencia se extendió a una misteriosa figura conocida como el “Superior Desconocido”de quien se decía era el líder secreto de la Estricta Observancia y tenía su residencia en Escocia.

Los miembros de la Estricta Observancia, primero pasaban por los Grados Azules antes de que fueran iniciados en los grados más altos: Maestro Escocés, Novicio, Templar y Caballero Declarado. El Superior Desconocido fue titulado Caballero de la Pluma Roja. Aunque el secreto en la Estricta Observancia era muy fuerte, varias filtraciones revelaban que la Estricta Observancia era verdadera para los grados escoceses que agitaban contra la Casa de Hannover en favor de los Eduardos.

La Estricta Observancia se regó rápidamente por toda Alemania y se convirtió en el tipo de francmasonería dominante por décadas en el país. Del mismo modo, llegó a ser influyente en otros países como Francia donde alcanzó el segundo lugar como centro más grande de la francmasonería en Europa detrás de Alemania. En todos los países los miembros de la Estricta Observancia juraban obediencia al Superior Desconocido de Escocia. De acuerdo con J.M. Robert, quien escribió en su libro, “La Mitología de las Sociedades Secretas”:

“La Estricta Observancia evocaba la sospecha y hostilidad en Francia debido a que tenía origen alemán y surgió gran excitación por el implícito reconocimiento del cuerpo masónico supremo en Francia denominado el Gran Oriente, a la vez por la autoridad del Superior Desconocido de la Estricta Observancia de los francmasones franceses”.
[1]

Uno de los primeros Gran Maestro de la Estricta Observancia fue G. C. Marschal. Por la muerte de Marschal en 1750, su puesto fue ocupado por un alemán de Sajonia: el Barón de Von Hund. Los grados de la Estricta Observancia en su mayoría habían sido creados por los tiempos del ejercicio de la Gran Maestría de Von Hund aunque el mayor crédito que se da a Hund es el de haberlos dado a conocer. Von Hund, reconoció que había sido iniciado dentro de la Orden del Templo, —la Caballería Templaria—, por Lord Kilmarnock, un prominente noble de Escocia. Von Hund también declaró que había tenido contacto con Carlos Eduardo y con el “Superior Desconocido”.

Al igual que Michael Ramsey, Von Hund tenía por misión restablecer la Caballería Templaria en Europa. Von Hund pensaba recolectar dinero suficiente para recomprar los terrenos que habían sido incautados a los Templarios siglos antes. Aunque Von Hund había obtenido muchos éxitos, sus enemigos lo habían acusado de fraude y eventualmente cayó en desgracia.

La Estricta Observancia ganó un fuerte respaldo entre las familias reales alemanas a pesar de que algunas se opusieron y permanecieron leales al sistema masónico inglés. Esto es un acertijo. Algunas familias reales involucradas con la Estricta Observancia eran políticamente aliadas de Hannover. ¿Porqué estas familias participaban en una forma de francmasonería que se oponía secretamente a la Casa Inglesa de Hannover?

En algunos casos parece que los miembros reales se habían unido a la Estricta Observancia después que virtualmente esta dejó de ser pro-Eduardo. Por supuesto, la causa Eduardo estaba ganando por los años 1770, cuando algunos de esos príncipes alemanes emergieron como líderes de la Estricta Observancia. Por otro lado, había otro factor importante a ser considerado.

¡Las desgracias de Inglaterra causadas por la rebelión de los Eduardos y por otros conflictos, fueron la fuente de inmenso beneficio para aquellos principados alemanes, incluyendo al de Hannover! Esa misma pequeña camarilla de dinastías reales alemanas, las que se habían estado emparentando mediante el matrimonio con miembros de familias reales extranjeras que luego destronaban, amasaron mucho dinero de los conflictos que ellos mismos ayudaban a crear; conflictos que eran también planeados y agitados por la red de la Hermandad.

Para comprender mejor la situación, debemos apartarnos brevemente y revisar la historia de la Caballería Teutónica después que resultaron derrotados en las cruzadas.

Cuando las cruzadas terminaron, la Caballería Teutónica al igual que la Templaria y los Hospitalarios, encontraron trabajo en otras partes. En 1211, mientras estaban bajo el liderazgo del Gran Maestro Hermann Von Salza, la Caballería Teutónica fue invitada a participar en una lucha que se desarrollaba en Hungría. Por sus servicios fueron recompensados con la propiedad del distrito de Burzenland en la Transilvania, el cual para entonces estaba bajo el gobierno húngaro. La Caballería sobrevivió su bienvenida, pero más tarde fue expulsada al comenzar a pedir demasiada tierra. Después de su expulsión de la Transilvania, la Caballería fue invitada por Conrad, príncipe polaco de Masovia, para que lo ayudara en su lucha contra los paganos eslavos de Prusia. Una vez más, la caballería fue recompensada con tierras. En esta ocasión recibió una amplia sección de Prusia.

La Caballería se ganó a otro benefactor: el Emperador Federico II de Alemania, el mismo que hizo el tratado de paz por diez años discutido en el capítulo 15. Aunque Federico actuaba como un hombre de paz, desgraciadamente también se asoció con esa organización para la guerra. En el año 1226, Federico autorizó a la caballería Teutónica para que se convirtiera en super-señorío de Prusia. Federico recompensó al Gran Maestro Von Salza con el estatus de príncipe alemán del Santo Imperio Romano. Igualmente, Federico fue el responsable por la reorganización de la Orden.

La caballería Teutónica estaba totalmente enraizada en Prusia para el año 1229. Ella construyó sólidas fortalezas e impuso el Cristianismo a la población nativa de Prusia mediante una enérgica campaña militar. En el año 1234, la caballería era políticamente autónoma y servía independiente de cualquier autoridad a excepción de la del Papa. La caballería Teutónica era el verdadero gobierno de Prusia, no el Papa.

Con el apoyo del Papa, la categoría de la Caballería Teutónica ascendió rápidamente. Muchos alemanes viajaban a Prusia para enrolarse en el nuevo y potencialmente lucrativo teatro de la guerra. Esta emigración eventualmente produjo la total “Alemanización” de Prusia. Con el tiempo el comercio y la industria reemplazaron al conflicto armado y Prusia se convirtió en un centro de comercio mayor. Por los inicios de los años 1300, el dominio de los Caballeros Teutónicos se extendió más allá de la mayoría del litoral del sur y del sudeste del Mar báltico. Los Caballeros de Teutónicos tuvieron dos siglos para dejar su marca indeleble en Europa central y occidental. Antes de perder poder, los Caballeros habían establecido el carácter militante de Prusia que definiría esa región durante siglos siguientes.


[1]
Roberts, J. M., The Mythology of the Secret Societies (New York, Charles Scribner´s Sons, 1972), p. 111.

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