"La esencia de la grandeza radíca en la capacidad de la realización personal propia en circunstancias en las que otros optan por la locura." - Dr. Wayne W. Dyer

Hipnosis Divina

Me tomo el atrevimiento de publicar esta hermosa nota sacada de la pagina http://www.pikatrix.com
Espero que les guste ¡Muy recomendable!


Hipnosis Divina
Por

Neo: No me gusta la idea de no ser yo el que controle mi vida.

Morfeo: Sé exactamente a lo que te refieres. Te explicaré por qué estás aquí. Estás porque sabes algo. Aunque lo que sabes no lo puedes explicar. Pero lo percibes. Ha sido así durante toda tu vida. Algo no funciona en el mundo. No sabes lo que es, pero ahí está, como una astilla clavada en tu mente y te está enloqueciendo. Esa sensación te ha traído hasta mí. ¿Sabes de lo que estoy hablando?

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La Hipnosis Divina

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Extracto de ¡No Importa! (Ramesh Balsekar)

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INDRANI: En mi mente hay confusión, Ramesh. ¿Podría ayudarme, por favor? Ahora, si usted dice que este mundo es un reflejo dentro de la Conciencia…

RAMESH: Sí.

INDRANI: Sí, pero algo sólo se puede reflejar si hay algo

RAMESH: Sí, la Conciencia es todo lo que hay.

INDRANI: Sí, pero entonces, ¿cómo refleja un mundo?

RAMESH: La Conciencia crea el reflejo dentro de Sí mismo

INDRANI: ¡Ah! Aquello que se refleja es un mundo ilusorio

RAMESH: Eso es correcto. Cuando estás parada frente a espejo, lo que se ve en el espejo es una ilusión. No está allí, solo puede estar allí si tú estás allí. Así que este mundo ilusorio no puede estar allí en ausencia de la Conciencia. Las imágenes en movimiento no pueden estar allí en ausencia de la pantalla. Entonces, la pantalla es real. Las imágenes en movimiento no son reales. La Conciencia es la Realidad. Todo es la manifestación, el ser humano es parte de la manifestación. El funcionamiento de la manifestación es como un sueño.

ANNAN: ¿Cómo me pongo en contacto con mi conciencia y cómo mantengo ese contacto?

RAMESH: Ahora, acabamos de decir que no es «tu» Conciencia.

ANNAN: No es mía.

RAMESH: No es «tu» Conciencia. Annan quiere ponerse en contacto con «su» Conciencia. ¿Qué es Annan? Para mí es solo un nombre otorgado a un organismo cuerpo-mente. Así que lo que veo es un organismo cuerpo-mente que es un objeto y que es parte de la totalidad de la manifestación. ¿Lo ves? Y ese organismo cuerpo-mente, este objeto que es parte de manifestación, es un instrumento a través del cual funciona la Conciencia o Energía impersonal. Hay diferentes aparatos—ventiladores, lámparas, instrumentos de cocina— a través de los cuales funciona la electricidad. Así que todos los seres humanos son meramente instrumentos programados a través de los cuales funciona la Energía impersonal, Dios.

ANNAN: ¿Cómo me pongo en contacto con la Conciencia?

RAMESH: ¿”Quién” se pone en contacto con la Conciencia? La Conciencia es todo lo que hay. Y si la Conciencia es todo lo que hay, ¿puede haber alguna otra cosa que se pueda poner en contacto con la Conciencia? La Conciencia es la Fuente de la manifestación y este organismo cuerpo-mente que se considera Annan es parte de la manifestación…

Un buen hipnotizador puede hacer que 2.000 personas crean que algo que no está allí, está allí como entidad sólida, ¿o no? Entonces, si un buen hipnotizador puede hacer creer a 2.000 personas que algo sólido está allí cuando ése no es el caso, ¿sería difícil para lo Divino hacer pensar a cada organismo cuerpo-mente individual, a través de la hipnosis, que el mundo es real, sólido? (TM 124-127)

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Dios nos engaña constantemente —a través de la hipnosis Divina— para que la vida tal como la conocemos pueda proseguir.

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MARTIN: ¿Se puede eliminar esta hipnosis Divina?

RAMESH: Por supuesto. Claro que sí. ¿Cómo? Sólo aquel poder que creó la hipnosis puede eliminar la hipnosis. El ser que está hipnotizado no puede deshacerse de la hipnosis. Y eso es de lo que se trata la búsqueda. La búsqueda es el ser hipnotizado queriendo eliminar la hipnosis y queriendo saber cómo lo puede hacer.

MARTIN: ¿Y es inútil intentarlo?

RAMESH: Eso es correcto. Eso es precisamente lo que estoy diciendo. Y, sin embargo, el intento está sucediendo, ¿no es así, Martín?

MARTIN: Si

RAMESH: ¿Y por qué está sucediendo el intento?

MARTIN: Porque la hipnosis Divina también está creando el intento.

RAMESH: Eso es correcto. Eso es totalmente correcto. Ese poder que ha creado la hipnosis está creando este esfuerzo para eliminar la hipnosis. Es por eso que yo repito que no existe un buscador individual buscando la iluminación.

MARTIN: Sin embargo, se siente como si fuera tan real. Me continúo involucrando en todo esto y …..

RAMESH: Eso es en sí mismo la hipnosis. “Yo” soy Martín; “yo” soy un ser separado; “yo” estoy en control de mi vida; “yo” quiero lograr la iluminación; eso es la hipnosis (TM 127-128)

La Divina broma: el ego que desea la aniquilación

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RAMESH: La resistencia es el ego, y el ego, no estoy bromeando, no se dará por vencido fácilmente.

ROBERT: Pero el deseo de aniquilar el ego es justamente lo que lo mantiene vivo.

RAMESH: Para que veas, ésa es la broma. Ésa es la Divina broma. El ego es la hipnosis Divina. ¿De dónde vino el ego?

Ésa es la pregunta, ¿no es así? Todo el mundo dice que el problema es el ego. Todo lo que tienes que hacer es renunciar a «tu» ego. Pero nadie te dice cómo renunciar a «tu» ego. ¡ «Tú» eres el ego! El «yo» es el ego y el ego no va a cometer suicidio. El ego puede provenir únicamente de la misma Fuente de la que ha provenido todo. La manifestación física ha provenido de la Fuente. El «yo» ficticio ha provenido de la Fuente.

¿Por qué la Fuente creó el «yo» ficticio? Porque sin el «yo» no ocurrirían las interrelaciones humanas. Y sin las interrelaciones humanas, la vida tal como la conocemos no podría ocurrir. Asi que, para que ocurra la vida tal como la conocemos todos para que el lila, o juego de Dios, pueda suceder—, las interrelaciones humanas deben suceder. Y para que sucedan las interrelaciones humanas el ego tiene que estar presente. «Ego» significa sencillamente la creación de un sentimiento a través de la hipnosis Divina de que «yo» soy un hacedor, un ser separado que controla su propio cuerpo. Pero todo lo que existe realmente es un organismo cuerpo-mente y la energía que fluye a través de él.

Esa es la base (conceptual), exactamente igual a un aparato eléctrico y la electricidad que funciona a través de ese aparato. Pero si el aparato eléctrico fuese hipnotizado, entonces pensaría en función de un «yo» que tuesta el pan, un «yo» que licua, un «yo» que produce la luz. Básicamente se trata sólo de la electricidad y el aparato. En nuestro caso es sólo la misma cosa: Fuente, Dios, Energía, y el organismo cuerpo-mente a través del cual está funcionando la Energía, o Dios. Así que Dios ha creado el ego, y es Dios el que en algunos casos comienza el proceso gradual de la aniquilación del ego.

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El sueño y el espacio-tiempo

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HOLLY: Mi pregunta es acerca del tiempo. ¿El tiempo ocurre en su totalidad al mismo tiempo, o es en realidad una secuencia como tiende a verlo el cuerpo-mente?

RAMESH: ¿Qué es lo que sucede en un sueño, en tu sueño personal? En el instante antes de que comience el sueño no existe el tiempo para Holly. En el momento en que comienza el sueño, está allí el espacio-tiempo. Ancianos muriendo, ríos y montañas que tienen cientos de miles de años de edad: todo esto sucede dentro del sueño personal que un instante antes no estaba allí.

Eso es exactamente lo mismo que sucede cuando tú despiertas: la manifestación está allí, el espacio está allí y el tiempo está allí. El espacio y el tiempo son la base para la aparición de la manifestación. El místico lo ha venido diciendo por años y ahora lo está diciendo el físico: ningún objeto existe, a menos que sea observado. Para que el objeto tridimensional que se extiende en el espacio sea observado, la observación necesita del tiempo. Así que, a menos que haya espacio, el objeto tridimensional no se puede extender, y un objeto tridimensional que se extiende en el espacio no existe, a menos que sea observado en el tiempo. El espacio-tiempo es la base de la manifestación y de su funcionamiento. El espacio-tiempo acompaña la manifestación. La manifestación soñada no existe en el momento antes de que comience el sueño. Cuando comienza el sueño, existen las cosas.

¿ Qué es la Hipnosis Divina?

Wayne Liquorman, Aceptación de lo que Es.

La hipnosis que permite que todo este juego tenga el aspecto que tiene. Este sentido que lleva a considerarse autor de la acción es el que, en gran medida, conforma el desarrollo del “juego”. El sentido de autoría personal es parte integral de estos mecanismos.

¿Cómo se produce?

Bien, ahora es cuando hago mi truco del kleenex. Pero yo no saco conejos de la chistera, (Risas) Sai Baba materializa joyas; yo trabajo los pañuelos de papel.

(En la mano de Wayne aparece una bola de papel.) Si pensamos que esto es la Conciencia, Todo Lo Que Es -no tiene cualidades, características, es pura Mismidad, pura Potencialidad- en algún punto, se debe a que está vivo. No está muerto, tiene vitalidad. Se expresa y manifiesta su vitalidad. Los físicos lo han llamado el Bing Bang, los clérigos lo llaman el Génesis, el punto en el que el universo fenoménico viene a ser. Y podemos describirlo diciendo que a partir de esa Conciencia indiferenciada se produce la manifestación física de los universos.

(Wayne saca tiras de la bola de papel.) Estos universos han sido “Expresados o “extraídos” de esa Potencialidad, y de este pequeño universo sale un sistema solar(hace tiras de las tiras) y de este sistema solar sale un planeta, y de este planeta sale un organismo humano individual. Ahora quiero llamar vuestra atención sobre el hecho de que todo esto está interconectado. Nada ha estado desconectado en ningún momento. Todo esto es Uno. Esto (rasgando una pequeña esquina del pañuelo de papel) no ocurre nunca, en ningún momento, porque Conciencia es todo lo que hay, es todo lo que ha habido y es todo lo que habrá. De modo que todas las cosas son una expresión -una extracción, si quieres llamarlo así- de esta Conciencia. Nada está separado. Así tienes un individuo que nace, vive cierta cantidad de años, o días, o semanas, o meses, y después vuelve a la Totalidad. No puede ir a ninguna otra parte, porque esto es todo lo que hay. Todos los individuos que se consideran separados no lo están en realidad. No hay separación, sólo hay Unidad. Pero, para que este universo sea, tiene que haber una apariencia de separación. Y ésta surge en el momento de la “concepción” del universo, formando parte del surgimiento del universo fenoménico.

Debe de haber ciertos agentes a través de los cuales este universo pueda ser percibido. La percepción es crucial. Sin ciertos medios de percepción, habría lo que siempre ha habido, Conciencia. Lo que da a la Conciencia sus características, lo que da a todas esas extracciones sus cualidades, es ese algo que las percibe. Y la naturaleza de dichas cualidades está en función de la naturaleza de lo que las percibe. Y para que esta manifestación sea lo que nos parece que es, es esencial que nos creamos agentes individuales, autores de nuestras acciones. Eso es lo que Ramesh llama la Hipnosis Divina. Y una de las cualidades de la hipnosis es que cambia tu “realidad” en virtud de tu manera de percibirla.

De modo que si te someten a la sugestión hipnótica de que se está quemando tu ropa, tendrás esa experiencia subjetiva. La “realidad” de la situación será que tus ropas se están quemando. Puede que vayas a un gurú y le pidas ayuda. Le pides que apague el fuego. Y él te dirá que allí no hay fuego. Pero eso no es lo que tú quieres oír. Y dices “Mira, me estoy quemando aquí, ayúdame. ¡No te limites a ofrecerme filosofías!”. Ahora bien, en este punto pueden ocurrir todo tipo de cosas. Puede darte un mantra para distraerte, puede recetarte algunas otras prácticas o puede seguir indicándote que en realidad no hay fuego. Pero, te diga lo que diga, y hagas lo que hagas, tus ropas nunca han ardido. Entonces, cuando se retira la sugestión hipnótica, ¿qué lo pasa al fuego?

Piensas que eres el agente, y respondes de acuerdo con esa creencia. No puedes hacer otra cosa hasta que la creencia desaparezca. Así, todo es Dios, todo es la Totalidad, todo es Conciencia, todo es Uno. Sin embargo, parece haber muchos porque no vemos la conexión.

Pero no se debe a una limitación por tu parte. No es fallo que tenga que ser remediado, sino un aspecto de tu naturaleza básica. Y la misma Fuerza que lo puso allí, el mismo Hipnotizador, debe ser el responsable de retirarlo.

MAYA: ¿ Ilusión, Magia o Arte?

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“El concepto original de “maya” y que está plasmado en el Rig Veda es:

“Poder creador mágico” de Brahman. Brahman es Dios en su estado que no puede ser comprendido por el intelecto humano.

La maya es un concepto fundamental del hinduismo. No significa que el mundo es una ilusión, como equivocadamente se dice. La ilusión meramente se encuentra en nuestro punto de vista, si pensamos que las formas y estructuras, cosas y eventos, que nos rodean son realidades de la naturaleza, en vez de darnos cuenta de que ellos son conceptos creados por nuestras mentes empeñadas en medir y categorizar.

Maya es la ilusión de tomar estos conceptos por realidades, de confundir el mapa con el territorio.”

(Los Misterios de la maya cósmica, Pedro A. Hernández )


René Guénon: Estudios sobre el Hinduísmo

Capítulo X: MÂYÂ

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A.K. Coomaraswamy ha señalado recientemente (2) que es preferible traducir Mâyâ por “arte” y no por “ilusión”, como se hace habitualmente; esta traducción corresponde, en efecto, a un punto de vista que podria considerarse más principial. “Aquel que produce la manifestación por medio de su arte” es el Arquitecto divino, y el mundo es su “obra de arte”; como tal, el mundo no es ni más ni menos irreal de lo que lo son nuestras propias obras de arte, que, a causa de su impermanencia relativa, son igualmente irreales si se las compara con el arte que “reside” en el artista. El inconveniente fundamental que implica la utilización del término “ilusión” es, en efecto, el peligro que fácilmente se corre de interpretarlo como sinónimo de “irrealidad” entendido de una manera absoluta, es decir, el peligro de considerar que las cosas que se dicen ilusorias no son sino una nada pura y simple, cuando de hecho se trata solamente de grados diferentes en la realidad; pero volveremos más adelante sobre este punto. Por el momento, añadiremos a lo dicho que la frecuente traducción de Mâyâ por “magia”, que se ha pretendido a veces apoyar en una semejanza verbal completamente exterior y que no se desprende de ningún parentesco etimológico, nos parece profundamente influida por ese moderno prejuicio occidental, en virtud del cual la magia no tendría sino unos efectos puramente imaginarios y carentes de toda realidad, lo que equivale en definitiva al mismo error. En todo caso, incluso para aquellos que reconocen la realidad, en su orden relativo, de los fenómenos producidos por la magia, no hay evidentemente ninguna razón para atribuir a las producciones del “arte” divino un carácter especialmente “mágico”, como tampoco la hay, por otra parte, para restringir de cualquier forma el alcance del simbolismo que los asimila a las “obras de arte”, entendidas en su sentido más general (3).

Mâyâ es el “poder” maternal (Shakti) por el que actúa el Entendimiento divino”; más exactamente, es Kriyâ-Shakti, es decir, la “Actividad divina” (Ichchâ-Shakti). Como tal, es inherente al propio Brahma o al Principio supremo; se sitúa pues a un nivel incomparablemente superior al de Prakriti y, si también ésta es llamada Mâyâ, especialmente en el Sânkhya, se debe a que no es en realidad sino el reflejo de esa Shakti en el orden “cosmológico” (4); se puede subrayar aquí, por otra parte, la aplicación del sentido inverso de la analogía: la suprema Actividad reflejándose en la pura pasividad, y la “omnipotencia” principial en la potencialidad de la materia prima. Además, Mâyâ, precisamente por ser el “arte” divino que reside en el principio, se identifica también a la “Sabiduría”, Sophia, entendida exactamente en el mismo sentido que en la tradición judeo-cristiana; y, como tal, es la madre del Avatâra: lo es, en primer lugar, en cuanto a su generación eterna, en tanto que Shakti del Principio, que es una con el Principio mismo del que no es sino el aspecto “maternal” (5); y lo es también, en cuanto a su nacimiento en el mundo manifestado, en tanto que Prakriti, lo que pone de manifiesto todavía con mayor claridad la relación existente entre estos dos aspectos, superior e inferior, de Mâyâ (6).

Podemos hacer otra observación, directamente vinculada con lo que acaba de decirse sobre el “arte” divino, relativa al significado del “velo de Mâyâ: éste es ante todo la “tela” con la que está confeccionado el entramado de la manifestación a que nos hemos referido en otro lugar (7), y, aunque generalmente pueda pasar inadvertido, este significado está indicado muy claramente en ciertas representaciones en las que, sobre el velo, se representan una diversidad de seres pertenecientes al mundo manifestado. Así pues, sólo secundariamente aparece este velo ocultando o envolviendo de algún modo al Principio, y ello se justifica porque el despliegue de la manifestación oculta, en efecto, el Principio a nuestros ojos; este punto de vista, que es el de los seres manifestados, es inverso del punto de vista principial, pues hace aparecer la manifestación como “exterior” con relación al Principio, cuando, en realidad, no puede ser sino “interior” a él, ya que nada podría existir de forma ninguna fuera del Principio que, precisamente por ser infinito, contiene necesariamente todas las cosas en él.

Esto nos lleva de nuevo a la cuestión de la ilusión: lo que es propiamente ilusorio es el punto de vista que considera la manifestación exterior al Principio; en este sentido, la ilusión es también “ignorancia” (avidya), es decir, precisamente lo contrario o lo inverso de la “Sabiduría” a que antes nos referíamos; es esa, cabría decir, la otra cara de Mâyâ, pero a condición de añadir que dicha cara existe únicamente como consecuencia de la forma errónea en que contemplamos sus producciones. Éstas son verdaderamente distintas de lo que parecen ser, pues expresan todas algo del Principio, como toda obra de arte expresa algo de su autor, y eso es lo que constituye toda su realidad; ésta no es, pues, más que una realidad dependiente y “participada”, que puede ser considerada nula respecto a la realidad absoluta del Principio (8), pero que, en sí misma, no deja de ser una realidad. La ilusión puede, pues, si se quiere, ser entendida en dos sentidos distintos, bien como la falsa apariencia que las cosas adquieren con relación a nosotros, bien como una menor realidad de las cosas mismas con relación al Principio; pero, en uno y otro caso, implica necesariamente un fundamento real, y, en consecuencia, nunca podria ser bajo ningún concepto asimilada a una pura nada.

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Joseph Campbell: “ The World Soul”

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Existen por lo menos tres puntos de contacto que permiten hablar con el mismo aliento sobre la práctica religiosa oriental -el yoga- y nuestra propia psicología profunda. El primero es el reconocimiento de que los habitantes de todos los panteones del mundo -las divinidades, los cielos y los infiernos-, son vistos en el yoga como una proyección de imágenes psicológicas. Lo cual equivale a decir que lo que normalmente pensamos como metafísica y teología es interpretado como psicología, como un producto de la mente.

El segundo punto es que las energías que son expresadas e interpretadas a través de estas imágenes son las energías que determinan la dirección y el curso de una vida. Las imágenes que fascinan -fascinan porque se conectan con los propios procesos dinámicos- son vistas, en cierto sentido, como imágenes del destino. Son imágenes que determinan tu existencia. Esto es lo que en la India se denomina Maya, ese mundo de imágenes ilusorias que tan a menudo nos impulsan contra nuestros intereses e intenciones. Maya es el mundo de aquel estanque ondulante que mencionamos, en donde la superficie del agua del estanque no está quieta, sino en movimiento, y es ésta fragmentada superficie del agua la que nos devuelve el reflejo de las imágenes distorsionadas, la fracturada y burbujeante imagen de la realidad que no es la realidad sino apenas su superficie fragmentada.


Y el tercer y último punto es que, al llevar a la consciencia las inferencias de estas imágenes, al hacer penetrar estas energías en las fuentes energéticas, uno puede iluminar su propia vida, relajarse, y darle un sentirlo de espontaneidad y perspectiva a todos sus movimientos. Esto, que puede llamarse “descarga”, es la liberación (moksha) de la fuerza compulsiva del destino, y la obtención de un estado de libre determinación. Es la idea que reside detrás de la gran escalera de los siete chakras que asciende al cielo, los centros del yogakundalini. Es también la idea básica del psicoanálisis, que no bien uno ha barrido las redes de la compulsión subconsciente, uno queda en libertad para ser un sujeto.

Es entonces que se manifiesta la luz interior – la luz suprema que no es luz, que es Brahman-atman – y el velo de Maya es trascendido. Vi una vez a un pequeño gato que se descubrió reflejado en un espejo. El espejo no tenía marco y estaba apoyado contra una pared. La pequeña criatura se miró en el espejo y pensó que había otro gato. Retrocedió, sus pelos se erizaron, y se puso en posición de ataque. Al expresar agresión, vio que el otro hizo lo mismo. El gato continuó con su actitud amenazante, hasta que súbitamente pasó de largo el espejo y vio que allí no había animal alguno. Al retroceder, su enemigo estaba allí nuevamente, de modo que volvió al ataque. La escena siguió y siguió, era maravilloso verla. Entonces el gatito cambió de dirección, y nuevamente el enemigo desapareció. Después comenzó a mirar detrás del espejo para ver qué había allí, y por supuesto allí no había nada, salvo él mismo. Había perdido a su objeto; ya ni siquiera se pensaba realmente como un sujeto. Y pensé, bueno, caramba, esta es exactamente la imagen de Maya.

Nadie puede decir en qué consiste Maya porque vivimos de este lado de Maya, dentro de su atmósfera, como los peces en el agua. Pero en el lado exterior de Maya, no hay ningún conocedor, nadie que observe objetivamente nuestro estado. De modo que cuando regresamos -de la reencarnación, digamos, o de una experiencia trascendente- continúa siendo algo tan misterioso como antes.

Se dice que Maya posee tres poderes. El primer poder es llamado el poder que oscurece: apaga, en cierto modo, la luz blanca de la eternidad. Maya funciona sobre la Verdad como una máscara o un telón.

O puede pensarse a Maya como si fuera un prisma: la luz blanca choca contra el prisma y se quiebra en una miríada de rayos. Esto es lo segundo, el poder de proyectar. Aquí las formas del mundo son proyectadas, así como la luz a través del prisma. Ahora bien, una persona que jamás haya visto la luz blanca no podrá imaginársela mirando estas siete luces multicolores.

Sin embargo, si las siete se montan sobre un disco y se lo hace girar, la luz blanca se ve nuevamente. De modo que Maya tiene un tercer poder: el de la revelación.

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