"La esencia de la grandeza radíca en la capacidad de la realización personal propia en circunstancias en las que otros optan por la locura." - Dr. Wayne W. Dyer

De Dios, la Fe y los Sistemas de Creencias


Existe una historia que relata la creación del universo y la antigua "batalla" que hubo entre la luz y la oscuridad, esta historia hace alusión a todas aquellas historias que se cuentan en las leyendas y mitos donde se habla sobre una "eterna lucha entre el bien y el mal". Sin embargo, tal lucha no existe como la vieja idiosincrasia lo ha enseñado y la mayor parte del tiempo el campo de batalla de esa lucha se lleva a cabo dentro de nosotros.

Ese pequeño relato llego a mi por un gran ser que ha vivido conmigo desde siempre y de quien en últimas fechas recibo a menudo su visita -por decirlo de alguna forma- y quiero compartirla con ustedes para dar un preámbulo sobre el tema que quiero tratar y el relato dice lo siguiente:

"...Hace miles de millones de años dentro del tiempo en como lo miden en la Tierra y en otros sistemas planetarios, cuando el vacío ya había cristalizado una parte de sismo para replicarse en fractales de diferente vibración, frecuencia y forma, hubo uno de ellos que tomó consciencia de si mismo entre tantos y decidió formar un nivel de existencia en la cual predominara aquello que solamente él eligiera.

Aquella esencia se había formado así misma en una polaridad de lo que ustedes llaman "oscuridad", las formas de vida que habitaban esa existencia eran seres sin forma, en sí eran seres en parte del mismo vacío, parecían como cortinas de humo moviéndose entre sombras aunque su sustancia era mas bien como un líquido similar al plasma.

Algunos de aquellos seres lograron escapar de su realidad e introducirse en otras y así alimentarse de la energía de aquellos quienes habitaran esas otras realidades. Al notar esto, la Unidad, enfocó su fuerza para equilibrar la energía que se había desbalanceado pues "la oscuridad", siendo parte de si misma, había tomado consciencia y había elegido gobernar.

La Unidad, entonces decidió participar en el juego, cosa que a aquella masa oscura no aceptó. Cada partícula de la Unidad que se había convertido en un fractal más del vacío y que había tomado forma y presencia, tenía el poder de elegir y construir. Siendo así la masa oscura quería ejercer su poder y su voluntad sin limitaciones.

La masa oscura tuvo un choque con la Unidad provocando que los fragmentos se cristalizaran aún más y se volvieran más densos, entonces aquellas formas obtuvieron peso y originaron moléculas más compactas y rígidas. Cuando el gran choque ocurrió, la energía de la Unidad se comprimió tanto que aparentaba haber desaparecido, la masa oscura había impuesto su libre albedrío. Sin embargo, la Unidad permitió que la masa oscura prevaleciera, no sin antes haber estallado en infinitas partículas dentro de ella para que así la luz, la vida y la energía creadora pudieran prosperar.

La Unidad, inteligentemente se dejó comprimir a punto casi de la disolución, pero solo para prevalecer, regando toda su esencia y semilla en cada fractal que salió de ella convertirse en grandes entidades conocidas como estrellas. Algunas de ellas se cristalizaron tanto que se convirtieron en grandes plataformas de luz, calor y muchos otros tipos de energía. Otras se disolvieron tanto que convirtieron en pequeñas esferas de energía que para poder "conocer y experimentar" utilizarían cuerpos más rígidos en diversas formas y de diversos tipos.

La evolución, ese fue el objetivo de la Unidad al disolverse dentro de la masa oscura, para demostrarle que había más allá de lo que ella misma había creado.

Cada criatura tomó forma de su entorno y de su origen, y tanto la Unidad como la Masa Oscura comenzaron a habitar más densamente aquellos pequeños cuerpos y así comenzar a jugar un grande y largo juego.

El juego básicamente, en muchas regiones del universo, ha consistido en crear prisiones y trampas para los fractales de la Unidad, siendo así que cada fractal de la Unidad cumpla el cometido de reconocerse y emitir una energía tan poderosa que fuera capaz de moldear su entorno y todo lo que aquella pequeña expresión de la Unidad quisiera para así liberarse de la prisión y de las trampas. La masa oscura por su parte hizo lo mismo en cada fractal de sí misma; aún cuando la propia Masa Oscura es parte en sí de la misma Unidad.

Las estrellas han sido creadas para recordarle a todos esos pequeños seres que habitan el universo que la luz existe, para que recuerden su origen y retornen a él. La oscuridad entonces, fue creada para que la Luz de las Estrellas pudiera brillar. Así, cada ser tendrá la capacidad de brillar como un Sol por si mismo. Recordarán que no se trata de un solo ser, sino de todos. Crecerán, madurarán y dejarán de estirar las manos para pedir al "Padre" como lo hacen los niños pequeños y comenzar actuar como el "Padre" como cuando los seres humanos llegan a cierta edad y se vuelven auto responsables, autosuficientes e independientes. Y así, continuarán un juego muy distinto en otra forma de existencia.

Dios, como ustedes le llaman, "murió" hace miles de millones de años, para volver a nacer en cada uno de nosotros, lo que nos hace dioses; Dios mismo..."
Quizás uno de los más grandes misterios para el ser humano cuando comienza a mirar a su alrededor y preguntarse quién es y que hace aquí sea ¿Quién es Dios, dónde vive y en dónde lo puedo encontrar? Para unos resulta toda una vida para poder contestarse esa pregunta, siendo a veces esta insuficiente en sí en la mayoría de los casos, para otros la incógnita se devela más rápidamente.

Al incursionar en un camino espiritual, la búsqueda incesante de manera inconsciente es la búsqueda que lleve a Dios; aquél ser que tenemos en mente de manera preconcebida como el creador, como el padre. En algunos casos quizás se obtenga éxito, en otros se tiene que experimentar el trago amargo de la desilusión, y en muchos otros siendo este la mayoría, se vive una falsa ilusión de haberlo encontrado.


El concepto de Dios es muy ambiguo por que cada sistema de creencias o religión concibe a Dios de manera distinta aún cuando existan ciertas semejanzas. Así mismo, hay quienes incurren en lucrar con la fe de la gente y generar una falsa concepción de lo que se conoce como Dios. Hablar sobre Dios siempre toca fibras muy sensibles en las personas, por que cada quien ha adoptado la imagen de un Dios de acuerdo al sistema de creencias que le hayan inculcado o que se haya forjado por si mismo.

Todas las religiones predican la palabra de Dios según sus propios conceptos y prejuicios. De hecho es por las religiones que la mayoría de las guerras han sido encausadas a una lucha de ciegos obedeciendo a unos imbéciles.


Todas dicen tener la verdad y el camino -en mi opinión solo tienen parte del camino- Y todas pretenden que el espíritu del hombre alcance a Dios. Bien, en el caso de la religión cristiana principalmente con todas sus vertientes, la búsqueda es la de la redención y el perdón de un Dios lleno de ira por que sus hijos son unos pecadores. Y qué decir de otras, donde el fanatismo termina por llevar al borde de la locura a sus seguidores.


Cualquiera que sea la ideología y la doctrina de cada religión o sistema de creencias, por experiencia personal, sé que fuera de ellas existe una sola verdad, una verdad que en la mayoría de los casos es tan tenue que apenas puede ser vista, una verdad que ha tratado de ser manchada, usurpada y escondida por mucho tiempo, esa verdad es que Dios Vive dentro de cada uno de nosotros. En otras palabras, nosotros, en esencia, somos una manifestación de la Unidad.
Somos un fractal de la Unidad, una pequeña estrella, como lo dice el relato.

De acuerdo a lo anterior, he logrado caer en una conclusión que para mi punto de vista es muy simple, quizás no todos ustedes estén de acuerdo, no necesitan estarlo, solo quiero compartir. Y mi conclusión es que existen dos formas primordiales en las que se puede creer en Dios.


En el primer caso, Dios es concebido como un ser externo y ajeno a uno mismo, siendo la mayoría de los casos este sistema de creencias el que predomina en el ser humano aún en quienes se dicen personas espirituales. Este sistema de creencias incurre a observarse a uno mismo como un ser apartado del creador; siendo parte de la creación mas no del creador.


En este sistema de creencias se le pide a Dios por la providencia, la prosperidad, la armonía, la abundancia y demás. Es decir, se extiende la mano para que el "padre" provea. Como lo dice claramente un viejo dicho: "El hombre pone y Dios dispone".

De acuerdo al relato, la comparación es equivalente a la de un niño y un padre, donde siempre el niño pide. Esa es la actitud que la mayoría de los seres humanos practican en sus vidas, siendo esto objeto de tantas otras frases como: "Que sea la voluntad de Dios", "Dios da, Dios quita", "¿Dios porqué me haces esto?", "Las cosas pasan por algo", etc.

En el segundo caso, Dios es uno y uno es Dios, un concepto ambivalente para quienes practican lo explicado anteriormente, por que aceptan el concepto pero no lo practican en si, de esta manera se convierte en un concepto rígido para quienes tienen muy arraigado a Dios en las alturas y no en la mente y el corazón.


En este segundo caso, Dios actua en nosotros por que nosotros nos convertimos en Dios, la rueda de la fortuna deja de girar a diestra y siniestra pues quien decide donde se detiene y cuando somos nosotros. De igual forma, el entorno que nos rodea obedece a nuestros pensamientos y a nuestras palabras y el flujo de la consciencia comienza a ser mayor y más amplio. Los prejuicios comienzan a desaparecer y se percibe a flor de piel la idea de que todos somos uno y uno somos todos.

De este último, es el tipo de conocimiento que tenían civilizaciones antiguas en nuestro mundo y del cual hubo quienes se aprovecharon de ciertos eventos para tergiversarlo todo y descomponer el paradigma. Y del cual también, en la actualidad se sigue tergiversando mezclando verdades con mentiras, lo que ha provocado mucha confusión entre quienes siguen buscando la verdad.

Hubo una noche donde contemplaba la puesta de sol, sentía la brisa del viento, escuchaba a las aves cantar, a la gente caminar y lentamente iba apreciando a las estrellas titilar tan distantes pero tan hermosas. Entonces, volteé mi mirada hacia mi, comencé a mirar mis manos, mis brazos, me toque el pecho, la espalda, acaricié mi frente y presté atención a mi cuerpo. Pude percibir los latidos de mi corazón, aquél chillido de los intestinos, aquella sensación de mi cabeza generando señales, puse atención en mis pensamientos y de pronto me di cuenta que estaba contemplando lo más maravilloso de todo, aquello que muchos buscan durante vidas enteras y no pueden encontrar, aquello a quien la religión dicen promover, aquello tan misterioso y complejo para el día a día de un ser humano viviendo en tiempos de transición, aquello era Dios.


Fue esa noche cuando conocí a Dios y me dí cuenta que se encontraba en cada partícula de mi y en cada cosa que me rodeaba, la sensación de sentirse tan pleno y conectado con todo es tal que ya no puede olvidarse nunca mas. Pues te das cuenta que Dios, el Amor, es aquello que mantiene todo unido, en movimiento y en constante evolución.

Es entonces cuando comprendí que las religiones han manipulado la profecía de la segunda venida de Cristo, pues la segunda venida de Cristo no es otra cosa más que el despertar de Dios en uno mismo.


Ello implica ciertas cosas de suma importancia, pues para poder despertar de tal manera, es necesario primero hacerse consciente de uno mismo y responsabilizarte ya no solo de tus propios actos sino también de tus pensamientos y palabras. Tu actitud tiene que alinearse con la armonía, lo que implica en la mayor parte de los casos, deshacerse de hábitos que te perjudiquen a ti y a otros y por el contrario tu actitud debe de impulsarte a expresar lo que eres realmente, Dios. Pero al actuar como Dios, no tiene nada que ver adoptar una actitud egocéntrica y egoísta, mas bien tiene que ver con la capacidad que tienes para apreciar la vida y hacer de ella algo maravilloso, brindando amor y respeto mutuo por todo lo que te rodea, siendo autosuficiente y responsable de ti mismo.


Al final, es tu decisión el papel que vas a jugar, en cualquiera que sea el caso, aquello que te entregue plenitud y dicha es lo que te va a hacer una mejor persona y al final de día te llevará a mismo punto del que te estoy hablando, solo que con una perspectiva distinta.


Desde el señor Dios de mi ser, al señor Dios de tu ser, te bendigo y te amo.

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