"La esencia de la grandeza radíca en la capacidad de la realización personal propia en circunstancias en las que otros optan por la locura." - Dr. Wayne W. Dyer

Osho: El libro del Hara, capitulo 7, Afinando el Corazón, primera parte


Amados míos:

El centro del pensamiento es la mente, el centro de los sentimientos es el corazón y el centro de la energía vital es el ombligo. El pensamiento y la contemplación suceden por medio de la mente. Ayer hemos hablado un poco del centro del pensamiento. Sentir, experimentar emociones como el amor, el odio y la rabia sucede a través del corazón. La energía vital sucede a través del ombligo.

El primer día os dije que la mente está muy tensa y que debemos relajarla. El pensamiento provoca mucha tensión y estrés, la mente está estresada. Las cuerdas de la veena del pensamiento están tan tensas que no suena ninguna música. Al contrario, las cuerdas se rompen y el hombre se trastorna; se vuelve loco. Para que haya música es absolutamente necesario que se relajen las cuerdas de la veena del pensamiento y así se puedan afinar.

La situación del corazón es exactamente opuesta a la de la mente. Las cuerdas del corazón están muy flojas; para que pueda haber música es necesario tensarlas un poco para que también se puedan afinar. Hay que reducir la tensión de las cuerdas del pensamiento y hay que tensar un poco las cuerdas flojas del corazón.

Si las cuerdas del pensamiento y los sentimientos están afinadas, si están equilibradas, entonces podrá surgir la música con la que se puede realizar el viaje hasta el ombligo.
Ayer hemos hablado de cómo acallar los pensamientos; hoy por la mañana hablaremos de cómo tensar las cuerdas de los sentimientos, del corazón.

Pero para poder entender esto antes tenéis que entender que la humanidad ha estado viviendo bajo una maldición desde hace muchos siglos, y esta maldición es haber condenado todas las cualidades del corazón. Ha considerado que las cualidades del corazón son una maldición y no una bendición. Esta ignorancia, este error, ha provocado un daño incalculable.

Has condenado la rabia, has condenado el orgullo, has condenado el odio, has condenado el apego... has condenado todo. Y has hecho todo eso sin comprender que esas características son simplemente transformaciones de las mismas cualidades que alabas. Has alabado la compasión y has condenado la rabia, sin comprender que la compasión es una forma transformada de la misma energía de la rabia. Has condenado el odio y has alabado el amor, sin comprender que la energía que aparece como odio se puede transformar y puede reaparecer como amor. La energía que hay detrás de ambas no es diferente. Has condenado el orgullo y has alabado la humildad. Entre las dos cosas no hay ningún conflicto, son dos aspectos de la misma energía.

Si las cuerdas de la veena están demasiado flojas o demasiado tensas y las toca un músico, el sonido que salga no será musical, causará molestia en los oídos y asustará a la mente. Para protestar por este sonido discordante, una persona puede enfadarse, romper las cuerdas de la veena y tirar la veena, pero no debe olvidar que afinándolo podría haber conseguido armoniosos sonidos en ese mismo instrumento. El sonido discordante no es por culpa de la veena, el error ha sido no afinarla. Si se hubiese afinado la veena con las mismas cuerdas que producen un sonido discordante también se podía haber creado música que fuera como un bálsamo para el alma.

Las notas musicales o no musicales surgen de las mismas cuerdas aunque esto parezca absolutamente contradictorio y los resultados serán opuestos. Uno de ellos te conducirá a un estado de dicha y el otro te conducirá a un estado de infelicidad, pero las cuerdas y el instrumento son los mismos.

La rabia surge del corazón del hombre cuando éste no está equilibrado. Si el mismo corazón se equilibra, la energía que al principio es rabia empieza a transformarse en compasión. La compasión es la transformación de la rabia.

Si un niño nace sin rabia nunca aparecerá la compasión en la vida de ese niño. Si no hay posibilidad de rabia en el corazón de un niño tampoco habrá posibilidad de amor.

Pero hasta ahora has vivido con la ilusión de que estos sentimientos son contradictorios y si destruyes uno se impondrá el otro. Eso es absolutamente erróneo. No puede haber una enseñanza más peligrosa que ésta, no es psicológica y es muy poco inteligente. La compasión no nace de la destrucción de la rabia, nace de la transformación de la rabia. La compasión no es la destrucción de la rabia, es la rabia que se ha afinado y tiene musicalidad.


Si te opones a la rabia e intentas destruirla estarás intentando destruir el instrumento musical. Y al destruirlo, tu desarrollo será muy débil y frágil; no podrán desarrollarse en ti ninguna de las cualidades del corazón. Es como si una persona echase fertilizante alrededor de su casa esparciendo la tierra y el mal olor por todas partes para que florezcan las flores. Pero en vez de la fragancia de las flores sólo tendrá el mal olor del fertilizante y su vida se volverá inaguantable.

Seguro que con el fertilizante florecerán las flores, pero no basta con amontonado alrededor de la casa. El fertilizante tiene que experimentar una transformación. Debe entrar en las plantas a través de las raíces y un día el fétido olor del fertilizante se convertirá en la fragancia de las flores. Pero si alguien simplemente amontona fertilizante alrededor de su casa, el olor le volverá loco y si no echa fertilizante, sus flores se quedarán marchitas y pálidas. La transformación del fertilizante puede convertir un fétido olor en una fragancia.

Esta misma química, esta misma alquimia recibe el nombre de yoga, religiosidad. El arte de transformar todo lo insignificante que hay en la vida en algo significativo es religión.
Pero lo que estás haciendo en nombre de la religión es cometer un suicidio, no estás transformando tu consciencia. Estás viviendo con algunos malentendidos básicos, la sombra de una gran maldición se cierne sobre ti. Tu corazón sigue sin desarrollarse porque has condenado las cualidades básicas del corazón. Será necesario que entiendas esto en profundidad.

Si una persona crece correctamente, la rabia tendrá una parte importante de su vida. La rabia tiene su propia belleza. Si es eliminada, el cuadro de la vida de un hombre, en algún sentido, estará incompleto, faltarán algunos colores. Si desde la infancia empiezas a enseñar a los niños a reprimir determinadas características, el resultado de reprimir esas características es que el niño, poco a poco, reprimirá todo lo que tú llamas malo, él mismo lo reprimirá en su interior. Y un corazón reprimido se vuelve débil, pues sus cuerdas no están afinadas correctamente. Esta represión ocurrirá en la mente, porque tu educación no va más allá de la mente.

Cuando les dices a los niños que la rabia es mala, esta enseñanza no llega hasta el corazón. El corazón no tiene oídos para escuchar y no tiene palabras para pensar. Esta enseñanza va a la mente y la mente no puede cambiar el corazón. Aquí es cuando surge el problema: el centro de la mente piensa que la rabia está mal, pero el centro del corazón no; no tiene conexión con la mente. Todos los días te enfadas, todos los días te arrepientes y decides no volver a enfadarte, pero a la mañana siguiente te despiertas y te vuelves a enfadar. Te sorprendes porque has decidido no enfadarte muchas veces, pero sigue sucediendo.

-No sabes que el centro que se enfada es diferente al centro de la mente. El centro que decide: «No me voy a enfadar», es absolutamente distinto al centro que se enfada. Son dos centros completamente distintos. Así que las decisiones y el arrepentimiento no tienen ningún efecto sobre tu enfado, sigues enfadándote, sigues lamentándolo y sigues sintiéndote molesto por ello. No entiendes que esos dos centros están tan separados que la decisión que toma uno no llega hasta el otro... y el hombre se va desintegrando por dentro…".

El centro del corazón funciona de una determinada manera y necesita ciertas cosas para desarrollarse. Si la mente interfiere con ese centro se trastornará y se volverá caótica. El centro del corazón de todo el mundo es absolutamente caótico, está absolutamente trastornado. Sin duda, lo primero que hacer es transformar la rabia pero no destruirla.

La primera llave para tensar las cuerdas del corazón es desarrollar todas las cualidades del corazón; no se debería destruir ninguna de estas cualidades. Quizá estés un poco perplejo: ¿es necesario desarrollar la rabia? Yo te digo que inevitablemente uno tiene que desarrollar la rabia, porque un día la rabia podrá transformarse en compasión. Si no, nunca surgirá la compasión. Si lees la historia de los seres más compasivos de la tierra encontrarás que en sus primeros años fueron personas llenas de rabia. La rabia tiene su propia dignidad y su propio orgullo. Si lees la historia de los grandes célibes que han existido en el mundo verás que en sus primeros años fueron muy sexuales.

Gandhi se volvió un gran célibe, como resultado de haber sido muy sexual cuando era joven. Cuando el padre de Gandhi estaba muriendo, los médicos le dijeron gue su padre no podría pasar de esa noche, pero Gandhi no pudo separarse de su mujer ni siquiera esa noche. Era la última noche de vida de su padre, habría sido natural que estuviese con él. Era el último adiós, no volvería a ver a su padre pero, en mitad de la noche, Gandhi se fue con su mujer. Su padre se murió mientras Gandhi estaba en la cama con su mujer. Esto provocó una gran conmoción en su mente; esta conmoción incitó a Gandhi al celibato. La conmoción transformó toda esa energía de una mente muy sexual en un deseo de celibato.

¿Cómo pudo suceder esto? Esto sucedió porque la energía siempre es neutra, sólo cambia la dirección. La energía que fluye hacia el sexo empieza a fluir en el sentido inverso.
Cuando hay mucha energía ésta puede fluir en cualquier dirección, pero si no hay energía no se puede mover en ninguna dirección. ¿Qué es lo que se va a mover?

Todas las energías deberían desarrollarse correctamente. La idea de la doctrina moral ha convertido al hombre en un ser desgraciado e impotente. En el pasado la gente experimentaba la vida de una forma más profunda que vosotros.

Dos jóvenes de Rajput fueron a la corte del rey Akbar. Eran hermanos. Fueron a ver a Akbar y le dijeron:


-Estamos buscando trabajo.

Akbar dijo:

-¿Qué sabéis hacer?

-No sabemos hacer nada -respondieron, pero somos valientes. Podrías necesitarnos.

Akbar dijo:

-¿Tenéis un título de valentía? ¿Qué pruebas me podéis dar de que sois valientes?

Los dos se empezaron a reír y dijeron:

-¿Existe algún título de valentía? ¡Somos valientes!

Akbar respondió:

-Sin un título no os puedo dar trabajo.

Ellos se volvieron a reír. Desenvainaron sus espadas, y en un segundo habían traspasado el pecho uno del otro. Akbar se estremeció. Los dos jóvenes estaban tendidos en el suelo, había sangre por todas partes, ipero ellos se estaban riendo!

-Akbar -dijeron-, ¿no sabes que el único título de valentía que puede haber es la muerte? No hay ningún otro título.

Y los dos se murieron. A Akbar se le llenaron los ojos de lágrimas. Ni siquiera se había imaginado que pudiera suceder esto. Llamó a uno de los comandantes militares de Rajput y le dijo:

-Ha ocurrido un grave accidente: se han matado dos muchachos de Rajput. iSólo les había pedido un certificado!


El comandante le dijo:

-Lo que les has pedido es un error. Esto habría hecho hervir la sangre a cualquier persona de Rajput. ¿Qué otro certificado de valentía puede haber más que la muerte? Sólo un cobarde o un miedoso podría tener un certificado que dijese que es valiente, en el que alguien certificase que es valiente. ¿Cómo puede presentar un hombre valiente un certificado de carácter? Has hecho la pregunta equivocada. No sabes cómo hablarle a alguien de Rajput. Lo que han hecho está bien, no tenían posibilidad de hacer otra cosa. Era la única alternativa.

iQué rabia más intensa! iQué esplendor! Este tipo de personalidad tiene una grandiosidad incomparable. La humanidad ha perdido esas cualidades. Todo el esplendor, todo el coraje y la fuerza del hombre están siendo destruidos, iY creéis que le estáis dando una buena educación! Pero no es así; vuestros hijos están desarrollándose en una dirección equivocada, dentro de ellos no está creciendo nada verdaderamente humano.

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