"La esencia de la grandeza radíca en la capacidad de la realización personal propia en circunstancias en las que otros optan por la locura." - Dr. Wayne W. Dyer

Dioses del Eden capitulo 15 : Los Dioses Vuelan sobre América


Por la época de las cruzadas, se habían desarrollado dramas importantes sobre el lado opuesto del globo. Grandes civilizaciones habían llegado y se habían ido del continente americano.

Es difícil estudiar la historia de las antiguas civilizaciones americanas porque aproximadamente todos los registros originales de esas civilizaciones fueron destruidos siglos atrás. Como resultado de esto, los historiadores confrontan frecuentes discusiones sobre los hechos más básicos como las fechas. Por ejemplo, los tiempos estimados en relación a la gran civilización Maya han sido colocados en varias partes desde 30.000 años atrás hasta sólo 700 años atrás. Para propósitos de este libro, se usarán las fechas más comúnmente aceptadas por los historiadores modernos y arqueólogos.

Muchos arqueólogos creen que la primera civilización importante de Norte América fue la sociedad Olmeca de México. Se estima que floreció desde 800 AC., hasta 400 DC. Se conoce muy poco acerca de los Olmecas excepto que dejaron detrás impresionantes ruinas las que incluyen una gran pirámide. La existencia de la pirámide es una fuerte evidencia de la interacción que existía entre el Viejo y el Nuevo Mundo en los años antes de Cristo.

Se cree que los Olmecas dieron nacimiento a la famosa civilización Maya que los siguió. La cultura maya se extendía desde México hasta América Central y duró desde los 300 A>C., hasta los 900DC. Como los Olmecas, los Mayas eran aficionados a la construcción de pirámides. Sorpresivamente, algunas pirámides mayas presentan un revestimiento calcáreo similar al de las antiguas pirámides de Egipto. Los mayas también repiten a los egipcios en la momificación de cuerpos y sostienen creencias similares en cuanto al más allá de la vida física. De acuerdo al historiador Raymond Cartier:

“Se distinguen otras analogías con Egipto en el admirable arte de los mayas. Sus pinturas murales, frescos y vasos decorados señalan una raza de hombres con rasgos semíticos mesopotámicos fuertemente marcados, ocupados en todo tipo de actividades: agricultura, pesca, edificación, política y religión. Egipto sólo ha representado esas actividades con la misma cruel verosimilitud o apariencia de la verdad; pero la cerámica de los mayas recuerda a la de los etruscos (una antigua civilización de Italia); sus bajos-relieves le recuerdan a uno los de la India y los enormes escalones escarpados de sus templos piramidales son parecidos a los de Angkor en Camboya dedicados al culto Hindú. A menos que obtuvieran sus modelos desde el exterior, sus cerebros deben haber sido construidos de tal forma que adoptaran las mismas formas de expresión artística como las demás grandes civilizaciones antiguas de Europa y Asia. ¿Una civilización , entonces, brota de una región geográfica particular y luego se extiende gradualmente en todas direcciones como un incendio en el bosque? ¿O aparece espontánea y separadamente en varias partes del mundo? ¿Fueron algunas razas los maestros y otras razas los discípulos, o fueron todos ellos autodidactas? ¿Semillas aisladas o un tallo padre emitiendo retoños en todas direcciones?”[1]


Las coincidencias son demasiado fuertes en las civilizaciones americanas para que haya surgido independientemente de las sociedades del viejo mundo. Las teorías de Jung sobre un “inconsciente colectivo” apenas son satisfactorias. Las sorprendentes similitudes indican que las civilizaciones americanas formaban parte de una sociedad global, a pesar de que los antiguos habitantes de América no eran concientes de ello. Actualmente existe una situación similar. En diferentes ciudades alrededor del mundo, encontramos modernos rascacielos que se parecen notablemente a no importa cual rascacielos construido en cualquier otra ciudad del globo, bien sea en Singapur, África o los Estados Unidos de América. Puede que sea bastante sorprendente que uno vea en una remota nación Áfricana un enorme rascacielos de vidrio el cual es virtualmente idéntico a uno existente en Chicago. Esto sin embargo, la cultura circundante puede ser radicalmente diferente en cada uno de los países, indicando que el rascacielos de África no es un producto de la cultura nativa sino el producto de una influencia global independiente. Una influencia global similar claramente existió hace más de un milenio, como lo evidencian las similitudes extraordinarias entre las antiguas civilizaciones maya y egipcia. Parece que esta influencia global fue causada por la sociedad Custodia ya que cuando revisamos las escrituras antiguas americanas inmediatamente encontramos una vez más a nuestros amigos Custodios.

Los Custodios eran adorados por los antiguos americanos como dioses que eran nativos de otros mundos y que poseían un aspecto semi-humano. Al igual que en el Hemisferio Oriental, en América los Custodios estaban disimulados fácilmente detrás una pretendida mitología. Lo mismo que en Egipto y Mesopotamia, los sirvientes de los Custodios en América eran los sacerdotes quienes poseían un considerable poder político derivado de sus relaciones especiales con los maestros extraterrestres enviados a la humanidad. En consecuencia, no es sorprendente encontrar evidencias de los antiguos ritos masónicos en las sociedades pre-colombinas, los cuales identifican a la Hermandad en la antigua América. Por ejemplo: la serpiente fue un símbolo religioso muy importante por todo el antiguo Hemisferio Occidental. El símbolo de la esvástica de la Hermandad fue también importante, como lo señala el profesor W. Norman Brown en la página 27 de su libro “La Esvástica: un estudio sobre las afirmaciones nazis de su origen Ario”:

Un curioso problema yace en la presencia de la esvástica en América antes de la llegada de Colón. Es frecuente en América del Norte, Centro y Sur, y tiene muchas variantes de forma.”


Las civilizaciones americanas tuvieron una historia similar a la del Viejo Mundo. Estuvieron llenas de guerras, genocidios y calamidades. Las ciudades y centros religiosos surgían y desaparecían en la antigua América. Una cosa que continuaba consistentemente fue la construcción de pirámides. Los Toltecas, una civilización que se originó en la sociedad maya, continuó la tradición de construcción de pirámides y edificó la fabulosa pirámide del Sol en México. Esta pirámide es más grande que la Gran Pirámide de Egipto en volumen total, y está dotada de la misma precisión en el corte de la piedra que caracteriza a su contraparte egipcia.

Cuando los españoles invadieron América en el siglo XIV, deliberadamente destruyeron casi todo lo que pudieron de las antiguas culturas americanas, excepto el oro y los metales preciosos que fueron embarcados para España. En este tiempo de la historia, la Inquisición estaba en su apogeo y España era su más celosa abogado. Los primitivos americanos eran considerados paganos, y así, los misioneros cristianos estaban ocupados en una campaña de destrucción de todos los registros y aparataje relacionados con las religiones americanas. Por desgracia, entre aquellos registros cayeron textos inestimables de historia y ciencias. Los efectos de esta eliminación fueron muy parecidos a los de la destrucción de la biblioteca de Alejandría por los primitivos cristianos, causando un substancial vacío de conocimientos con respecto a la historia antigua de la humanidad. Esto dejó sin respuesta una gran cantidad de interrogantes con respecto a los mayas. Por ejemplo: los mayas construyeron muchos centros religiosos fabulosos y luego los abandonaron. Algunos historiadores creen que el abandono fue repentino y su causa quedó en misterio. Otros llegan a la conclusión de que el abandono fue gradual en la ;medida que la sociedad maya decaía. Los mayas eran conocidos también por la práctica de sacrificios humanos. Algunos historiadores creen que los sacrificios eran sólo rituales esporádicos; otros piensan que los sacrificios alcanzaban la escala de genocidios con 50.000 víctimas por año. ¿En dónde reposa la verdad?

Un libro se salvó, el cual pretende ser un registro de las creencias mayas antiguas. Se conoce como el Popol Vuh (El libro de los Consejos) y realmente no es un trabajo antiguo genuino. En un principio fue escrito por un maya desconocido en el siglo XVI; más tarde traducido al español por el padre Francisco Ximenez de la Orden de los Dominicos. La traducción de Ximenez se publicó primero en Viena en el año 1857 y es la versión sobreviviente más antigua del Popol Vuh.

Se dice que el Popol Vuh es una colección de creencias y de leyendas mayas que han ido pasando de forma oral durante muchos siglos. Esto sin embargo, está claro que le han sido incorporadas muchas ideas cristianas, bien por el desconocido autor original maya o por el mismo padre Ximenez, o por ambos. También es obvio que el Popol Vuh contiene muchos relatos de ficción pura, mezclada con lo que se dice ser la historia verdadera de la creación del hombre. No obstante, varios segmentos del Popol Vuh contienen temas históricos y religiosos importantes y de considerable valor ya que su repetición la hemos visto en otros lugares pero aquí son presentados con una más grande sofisticación que la encontrada en las escrituras cristianas.
Esos temas son expresados en el Popol Vuh dentro del contexto de múltiples dioses de los antiguos mayas.

El Popol Vuh establece que la humanidad fue creada para que fuera sirviente de los “dioses”. Citemos a los “dioses”:

“¡Hagamos que él nos nutra y sostenga! ¿Qué haríamos para ser invocados a fin de ser recordados en la Tierra? Nosotros ya lo intentamos con nuestra primera creación, con nuestras primeras criaturas, pero no los hicimos orar y venerarnos. Así pues, tratemos de hacerlos obedientes, seres respetuosos que nos nutrirán y nos sostendrán.”[2]


De acuerdo al Popol Vuh los “dioses” habían hecho criaturas conocidas como “figuras de madera”, antes de crear al homo sapiens . Es decir, para mirar y hablar como los hombres esas extrañas figuras de madera “existían y se multiplicaban, ellas tenían hijas, ellas tenían hijos”
[3]. Sin embargo, estas criaturas eran sirvientes inadecuados para los “dioses”. Para explicar el porqué, el Popol Vuh lo expresa con una verdad espiritual sofisticada no encontrada en el cristianismo pero sí hallada en las antiguas escrituras mesopotámicas. Las “figuras de madera” no tenían alma, relata el Popol Vuh, y así ellas caminaban a gatas sin rumbo fijo. En otras palabras, sin alma para animar los cuerpos, los “dioses” se dieron cuenta que ellos habían creado criaturas vivientes que se podían reproducir biológicamente pero que carecían de inteligencia para tener metas o direcciones.

Los “dioses” destruyeron sus “figuras de madera” y sostuvieron largas reuniones para determinar la forma y composición de sus próximos intentos. Finalmente, los “dioses” produjeron criaturas a las que se le unían seres espirituales. Esta nueva y mejorada criatura fue el homo sapiens.
(*)

Sin embargo, con la creación del homo sapiens no se acabaron los dolores de cabeza de los Custodios. De acuerdo al Popol Vuh el primer homo sapiens creado era demasiado inteligente y tenía demasiadas habilidades.

“Ellos, los primeros homo sapiens, fueron dotados de inteligencia: ellos veían e inmediatamente eran capaces de ver más allá, ellos lograban penetrar, ellos lograron el conocimiento de todo lo que había en el mundo. Cuando ellos miraban, inmediatamente ellos veían todo lo que los rodeaba y ellos contemplaban el giro del arco del cielo y la redondez de la Tierra………Pero el creador y el constructor no vieron esto con agrado y dijeron: No está bien que nuestras criaturas hechas para el trabajo lo sepan todo, lo grande y lo pequeño, dijeron ellos.”[4]


Algo había que hacer. A los humanos y por ende a los seres espirituales que animan cuerpos humanos, era necesario reducirle su nivel de inteligencia. Había que hacer más estúpida la humanidad.

“¿Qué hacemos con ellos ahora? Hagamos que su vista sólo alcance aquello que está cerca; hagamos que ellos sólo vean una porción de la faz de la Tierra. No está bien lo que dicen. ¿Acaso no son ellos por simple natura de nuestra construcción? ¿Deben ellos ser dioses también?”
[5]

El Popol Vuh luego habla en simbolismo de lo que los Custodios hicieron en la antigüedad al homo sapiens para reducir su inteligencia y su visión intelectual humana:

“Entonces el corazón del cielo envió neblina ante sus ojos las cuales oscurecieron su vista como cuando a un espejo se le respira encima. Sus ojos fueron cubiertos y ellos sólo podían ver lo que estaba cerca, lo único que estaba claro para ellos. De esta forma, la sabiduría y el conocimiento de todo lo que los rodeaba (al primer homo sapiens)…… le fue negado.”[6]


El pasaje anterior repite la historia bíblica de Adán y Eva en la cual “la espada reluciente” había sido colocada para bloquear el acceso de la humanidad al conocimiento. También sugiere la intención Custodia en cuanto a que los seres humanos nunca deberían aprender sobre el mundo más allá de lo que fuera obvio y superficial.

El Popol Vuh contiene otro elemento que vale la pena mencionar porque refleja la “confusión de lenguas”; tema de la historia bíblica de la Torre de Babel. El Popol Vuh relata que varios “dioses” hablaban diferentes lenguajes por lo cual las antiguas tribus mayas se veían obligadas a adoptarlos una vez que ellos caían bajo las normas de un nuevo “dios”. También en el Nuevo Mundo, los humanos fueron repartidos en diferentes grupos lingüísticos por los “dioses” Custodios.

Por el tiempo en que los primeros españoles llegaron a las Américas en el final del siglo XV, los “dioses” Custodios no eran muy visibles directamente en los asuntos humanos, y habían permanecido así por siglos. Aunque los OVNIS continuaban siendo observados en todo el mundo, la gente ya no los vio más como los vehículos de los “dioses”. La raza Custodia asumió un bajo perfil lo cual hizo creer a la gente que se habían marchado de la Tierra y regresado a casa. Por desgracia ellos seguían presentes, como lo revela el próximo y quizás el más siniestro de los capítulos.


[1] Pauwels, op. cit., pp. 174-5.

[2] Gotees, delia and Sylvanus G. Morley, Popol Vuh, The Sacred Book of the Ancient Quiche Maya (Norman University of Oklahoma Press, 1950), p. 86.

[3] Ibíd, p. 89

(*) De acuerdo a los textos sumerios, el homo sapiens se parecía a los cuerpos Custodios. Esto puede explicar el porqué los “dioses” del Popol Vuh fueron exitosos en la creación del homo sapiens, pero no con otro tipo de cuerpo: los seres espirituales eran mucho más hábiles habitando los cuerpos que se parecían a los que ellos habían animado anteriormente.

[4] Ibíd, p. 168.

[5] Ibíd,p. 169.

[6] Ibíd

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