"La esencia de la grandeza radíca en la capacidad de la realización personal propia en circunstancias en las que otros optan por la locura." - Dr. Wayne W. Dyer

Dioses del Eden capitulo 11 : El Apocalipsis de Juan


El pretendido autor de la Revelación fue un amigo personal y discípulo de Jesús, Juan (no confundirlo con Juan el Bautista, una persona diferente). Juan parece haber sido el discípulo más influyente de Jesús, y uno de los más antiguos textos bíblicos atribuidos a él, el Libro de Juan, parece llegar lo más cerca a transmitir la fuerte inclinación mística de los partidarios de Jesús y de la iglesia cristiana antigua. Por esta y otras razones, el nombre de Juan ha sido importante para los cristianos y para innumerables organizaciones místicas. Quizás no es sorprendente entonces que el nombre de Juan haya sido escogido para comunicar el último y el más colorido Apocalipsis de la Biblia.

La Revelación de San Juan es el quinto y último trabajo atribuido a Juan que aparece en el Nuevo Testamento. Algunos escritores creen que la Revelación fue escrita por Juan mientras estaba viviendo exiliado en la isla griega de Patmos, muchos años después de la crucifixión de Cristo. Otros están convencidos que el discípulo Juan no fue el autor de la Revelación porque la Revelación no fue descubierta hasta después de 200 años de la vida de Juan. Según escribió Joseph Free en su libro “Arqueología e Historia Bíblica”, las cualidades lingüísticas de la Revelación son inferiores en muchos aspectos al Libro de Juan. Se discute que si la Revelación fue escrita cinco años después que el Libro de Juan por la misma persona, la Revelación debería ser lingüísticamente igual o superior a la obra anterior. Otro punto es que la Revelación contiene expresiones del lenguaje hebreo que no habían sido usadas en anteriores escrituras de Juan. Por otra parte, importantes similitudes entre la Revelación han sido notadas con otros libros de Juan, especialmente en la repetición de ciertas palabras y frases. Cualquiera que sea el verdadero autor de la Revelación, el impacto de este trabajo ha sido muy grande.

La Revelación es el relato en primera persona del extraño encuentro del autor con un extraño personaje que cree ser Jesús. Durante un período de uno o dos días, el autor también encuentra un número excepcional de criaturas que le señalan imágenes de futuros sucesos espantosos. Aquellas criaturas le anunciaron al autor que Satanás (el Anti-Cristo) tomaría posesión del mundo. Esto sería seguido por la Batalla Final del Armagedón durante la cual los ángeles de Dios lucharían con las fuerzas de Satanás. La Batalla Final provocaría el destierro de Satanás de la sociedad humana y el regreso triunfante (Segunda Venida) de Jesús para reinar en la Tierra por un milenio.

El libro de la Revelación está escrito en una forma maravillosamente pintoresca. Está lleno de un simbolismo complejo o imaginativo. Motivado a que las imágenes reveladas a Juan eran símbolos, la Revelación puede usarse para predecir un inminente “Fin del Mundo” en casi cualquier época histórica. La profecía está construida de forma tal que los símbolos pueden ser interpretados para representar cualquiera de los eventos históricos que suceden en el tiempo que uno vive. Esto es lo que se ha hecho precisamente con la Revelación desde que apareció y todavía hoy se está haciendo.

La pregunta es, ¿qué causó las “visiones” del autor? ¿Era él un lunático? ¿Un propenso a narrar cuentos? ¿O era algo más? El autor parece sincero lo suficiente para descartar el engaño. La forma sencilla de su narración tiende a eliminar la locura como respuesta. Esta deja algo más. La cuestión es que analizando el texto de la Revelación, descubrimos algunas cosas bastante curiosas. Parece que el autor realmente había sido drogado y, mientras permanecía en estado drogado, le fueron señaladas imágenes en un libro por individuos que vestían trajes y montando una ceremonia para el beneficio del autor. Busquemos en los pasajes de la Revelación que sugieren esto.

Juan comienza su historia hablándonos que él se encontraba orando. En una descripción adicional, parece que estaba realizando su ritual al aire libre durante las horas diurnas. Repentinamente, una voz grave resonó detrás. La voz le ordenó escribir todo lo que vio y oyó, y enviar el mensaje a las siete iglesias cristianas en Asia (Turquía). Juan dio vuelta para ver quién era que le estaba hablando y, he aquí que percibió lo que creyó ser un candelabro de siete velas. Parado entre el candelabro estaba una persona que el autor describió así:

“… una persona que se parecía al Hijo del hombre (Jesús), cubierto con una prenda hasta los pies, y portando alrededor de su pecho una faja dorada.
Su cabeza y sus cabellos eran blancos como lana, tan blancos como la nieve; y sus ojos eran como lenguas de fuego.
Y sus pies eran como plata fina, como si ardieran en un horno; y su voz era como el sonido de un río caudaloso.
Y él llevaba en su mano derecha siete estrellas; y salía de su boca una espada aguda de doble filo; y su apariencia era como el sol brillante en su resplandor.
Y cuando lo miré, caí a sus pies como muerto. Y él puso su mano derecha sobre mí…
REVELACION 1 : 13 – 17

Hay estricta semejanza entre este “nuevo” Jesús y los “ángeles” de la era espacial de las antiguas historias bíblicas. El profeta Ezequiel por ejemplo: también hubo encontrado visitantes con pies plateados incandescentes. El pasaje anterior de la Revelación sugiere que el Jesús de Juan puede haber estado uniformado con un traje de una sola pieza que se extendía desde el cuello hasta los pies y que era plateado o portando botas plateadas.(*) La cabeza de la criatura fue descrita “tan blanca como la lana, tan blanca como la nieve”, indicando una cubierta artificial de la cabeza o un casco protector. La afirmación de Juan que esta criatura tenía una voz “como el sonido de un río caudaloso”, es decir, como un ruido sordo y ensordecedor, es también una reminiscencia de los ángeles de Ezequiel y pudo haber sido causado por el estruendo de máquinas cercanas o por amplificación electrónica de la voz de la criatura. La “espada de doble filo” brotando de la boca de la criatura sugiere fácilmente un micrófono o tubo respiratorio.
Después que Juan recuperó su compostura, “Jesús’ le ordenó escribir las misivas que quería enviar a varias iglesias cristianas. Aquellas cartas constituyen los primeros tres capítulos de la Revelación. La fase más interesante de la experiencia de Juan comienza entonces en el capítulo 4:

“ … tuve una visión , y vi una puerta abierta en el cielo, y la voz aquella primera que había oído como de trompeta me hablaba y decía: sube acá y te mostraré las cosas que han de acaecer después de éstas. Al instante fui arrebatado en espíritu, y vi un trono colocado en medio del cielo, y sobre el trono, uno sentado. El que estaba sentado parecía semejante a la piedra de jaspe y a la sardónica, y el arco iris que rodeaba el trono parecía semejante a una esmeralda. Alrededor del trono vi otros veinticuatro tronos, y sobre los tronos estaban sentados veinticuatro ancianos, vestidos de vestiduras blancas y con coronas de oro sobre sus cabezas. Y salían del trono relámpagos y voces, y truenos, y siete lámparas de fuego ardían delante del trono, que eran los siete espíritus de Dios. Y delante del trono había como un mar de vidrio semejante al cristal, y en medio del trono y en rededor de él, cuatro vivientes, llenos de ojos por delante y por detrás. “
REVELACION 4 : 1 – 6

En el pasaje de arriba se puede ver cómo el autor siendo conducido a través de la puerta de algo parecido a un avión se encontró a sí mismo frente a frente con sus ocupantes; relato este dicho por alguien incapaz de comprender la experiencia. La cita contiene dos elementos especialmente interesantes, primero: Juan dice que una voz desde arriba sonaba como una trompeta conversando con él. Esa fortaleza de tono sugiere una voz rugiendo a través de un altavoz. Segundo: los “relámpagos y truenos y voces” emitidas desde el “trono” sugieren que el trono tenía un televisor o un radio de algún tipo. Un humano moderno muy bien podría describir la misma experiencia de esta manera: “Bien, sí, yo fui metido dentro de un cohete. Allí confronté a la tripulación en sus asiento, trajes de salto blancos y sus cascos. Ellos tenían algún receptor de radio o TV encendido. “

La presencia de siete lámparas y siete candelabros indica que se había preparado un ritual para el autor. El ritual estaba repleto de trajes, efectos teatrales y de sonido, diseñados todos para impresionar profundamente al autor con el mensaje. Esto fue lo que sucedió cuando Juan señaló el primer pergamino:

"Vi a la derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos.
Vi un ángel poderoso, que pregonaba a grandes voces: Quién será digno de abrir el libro y soltar sus sellos ?
Y nadie podía, ni en el cielo, ni en la tierra, ni debajo de la tierra, abrir el libro ni verlo.
Yo lloraba mucho, porque ninguno era hallado digno de abrirlo y verlo.
Pero uno de los ancianos me dijo: no llores, mira que ha vencido el león de la tribu de Judá, la raíz de David, para abrir el libro y sus siete sellos.
Vi en medio del trono y de los cuatro vivientes, y en medio de los ancianos, un Cordero, que estaba en pie como degollado, que tenía siete cuernos y siete ojos, que son los siete espíritus de Dios enviados a toda la tierra.
Vino y tomó el libro de la diestra del que estaba sentado en el trono.
Y cuando lo hubo tomado, los cuatro vivientes y los veinticuatro ancianos cayeron delante del Cordero, teniendo cada uno su cítara y copas de oro llenas de perfumes, que son las oraciones de los santos.
Cantaron un cántico nuevo, que decía: Digno eres de tomar el libro y abrir sus sellos, porque fuiste degollado y con tu sangre has comprado para Dios, hombre de toda tribu, lengua, pueblo y nación.
Y los hiciste para nuestro Dios, reino y sacerdotes, y reinan sobre la tierra.
Vi y oí la voz de muchos ángeles en rededor del trono, y de los vivientes, y de los ancianos; y era su número de miríadas de miríadas y millares de millares.
Que decían a grandes voces: Digno es el Cordero, que ha sido degollado, de recibir el poder, la riqueza, la sabiduría, la fortaleza, el honor, la gloria y la bendición.
Y todas las criaturas que existen en el cielo, y sobre la tierra y debajo de la tierra,y en el mar, y todo cuanto hay en ellos oí que decían: Al que está sentado en el trono y al Cordero, la bendición, el honor, el imperio y la gloria por los siglos de los siglos.
Y los cuatro vivientes respondieron: Amén. Y los ancianos cayeron de hinojos y adoraron."
REVELACION 5 : 1 – 14

Muchos cristianos creen que el pequeño rollo ofrecido a Juan era un documento real, cuyo contenido el autor mágicamente conoció comiéndose el rollo. Nuestra sospecha de que este probablemente era papel, o algo parecido, saturado con alguna droga viene del testimonio de Juan quien indica que tenía sabor dulce pero causaba una reacción amarga en el estómago. Curiosamente, una experiencia casi idéntica fue relatada por Ezequiel:

"Miré y vi que se tendía hacia mí una mano (del Ángel) que tenía un rollo. Lo desenvolvió ante mí y vi que estaba escrito por delante y por detrás, y lo que en él estaba escrito eran lamentaciones, elegías y ayes.
Y me dijo: Hijo de hombre, come eso que tienes delante, come ese rollo, y habla luego a la casa de Israel.
Yo abrí la boca e hízome él comer el rollo, diciendo: Hijo de hombre, llena tu vientre e hincha tus entrañas de este rollo que te presento. Yo lo comí y me supo a mieles.
Luego me dijo: Hijo de hombre, ve, llégate a la casa de Israel y háblale mis palabras.
EZEQUIEL 2:9-10, 3:1-4

Mucha gente cree erróneamente que Juan realmente vio los acontecimientos históricos futuros que profetizó en la Revelación. Diferentes escritores cristianos y no cristianos han señalado que las “visiones” del futuro de Juan eran simplemente dibujos ilustrativos sobre rollos. Esto es especialmente evidente en la “visión” por Juan de la Criatura con siete cabezas y diez cuernos:

"Vi como salía del mar una bestia, que tenía diez cuernos y siete cabezas, y sobre los cuernos diez diademas, y sobre las cabezas nombres de blasfemia.
REVELACION 13 : 1

El hecho que la frase real (nombres de blasfemia) estaba escrita sobre las cabezas de esta criatura revela que Juan estaba viendo una ilustración con etiquetas, muy parecida a los viejos carteles de los políticos. Aunque el autor no dice específicamente esto, estas se parecen mucho a otras tantas “visiones” sobre rollos que estaban etiquetadas de forma similar.

No cabe ninguna duda que, como literatura, el Libro de la Revelación es un trabajo colorido, dramático y muy serio. Como la base de una filosofía religiosa, sin embargo, presenta todos los obstáculos de los Apocalipsis conocidos antes. Como veremos, la profecía hecha en la Revelación ha sido realizada en al menos una media docena de veces en la historia del mundo, completa con catástrofe global seguida de la “Segunda Venida”. Ninguna de ellas ha traído mil años de paz salvación espiritual. Lo que se ha hecho es poner las bases para una próxima catástrofe. Hoy, estando parados encima de un polvorín nuclear masivo, quizás es tiempo de reevaluar la utilidad de la creencia en el Apocalipsis antes de que el mundo sea hundido en otra “batalla final”. Sí, la salvación espiritual y un milenio de paz son metas bien deseadas de tener, y largamente esperadas, pero no hay necesidad de pagar el precio de un Armagedón para lograrlos.

(*) El hecho de que el autor confunde a esta criatura con Jesús puede ser bastante evidente ya que el autor no era Juan el discípulo original de Jesús. Sin embargo, por conveniencia se continuará refiriéndose como Juan el autor de la Revelación.


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