Las personas clarividentes no son las únicas que pueden recibir mensajes y respuestas. Todos tenemos la habilidad innata para canalizar la información correcta del reino del 99%. Cuando nuestros hijos acuden a nosotros con una crisis, o nuestro negocio va cuesta abajo, o nos sentimos atascados en una encrucijada, las respuestas están todas ahí y podemos estirar la mano hacia arriba y alcanzarlas.
Todo lo que necesitamos hacer es interesarnos. Eso es todo. Eso es TODO.
Muchas veces manejamos nuestras relaciones del mismo modo que manejamos nuestra oficina. Las personas se convierten en elementos de nuestra lista de "cosas pendientes". Llamar a mamá una vez por semana; hecho. Adular al jefe; hecho. Decirle a mi esposa que es el centro del universo; hecho. Llevar a los niños al parque el domingo; hecho.
No importa si hacemos nuestra lista en papel o en nuestra mente. Las listas de tareas pendientes pueden ayudarnos a completar tareas, pero deseamos hacer más que eso. Nuestras habilidades, aprendidas e innatas, nos ayudan a defendernos en la vida, pero deseamos hacer más que eso. Deseamos poder ser un canal para aquéllos que nos rodean; estar equipados con soluciones antes de que surjan los problemas, decir las palabras adecuadas en el momento apropiado, estar en el lugar adecuado en el momento adecuado; para los demás.
Así es como nos convertimos en canales para nuestros seres queridos, e incluso para los completos desconocidos que encontramos por la calle.
Cuán a menudo le preguntas a alguien que encuentras casualmente: "¿Cómo estás?" ¿Te quedas ahí para ayudar en caso de que la respuesta sea "muy mal"?
¿Cuándo fue la última vez que apareciste en la puerta de un amigo sin avisar, justo a tiempo para apretar su mano durante una crisis?
¿Has decidido alguna vez tomar un camino distinto para ir a la tienda y encontrado que eso te ha permitido ayudar a un anciano o a otra persona necesitada?
A eso precisamente me refiero.
Esta semana, si todos nosotros podemos adquirir el hábito de hacer preguntas más allá de lo que se considera normal, de lo necesario, de lo que aparece en nuestra 'lista de tareas pendientes', podemos abrirnos a recibir mensajes para todas y cada una de las personas que se crucen en nuestro camino.
Pero recuerda, cada día elegimos de nuevo el camino en el que nos encontramos. Haz esas preguntas. Y te encontrarás en un camino de verdadero interés por los demás.
Todo lo mejor,
Todo lo que necesitamos hacer es interesarnos. Eso es todo. Eso es TODO.
Muchas veces manejamos nuestras relaciones del mismo modo que manejamos nuestra oficina. Las personas se convierten en elementos de nuestra lista de "cosas pendientes". Llamar a mamá una vez por semana; hecho. Adular al jefe; hecho. Decirle a mi esposa que es el centro del universo; hecho. Llevar a los niños al parque el domingo; hecho.
No importa si hacemos nuestra lista en papel o en nuestra mente. Las listas de tareas pendientes pueden ayudarnos a completar tareas, pero deseamos hacer más que eso. Nuestras habilidades, aprendidas e innatas, nos ayudan a defendernos en la vida, pero deseamos hacer más que eso. Deseamos poder ser un canal para aquéllos que nos rodean; estar equipados con soluciones antes de que surjan los problemas, decir las palabras adecuadas en el momento apropiado, estar en el lugar adecuado en el momento adecuado; para los demás.
Así es como nos convertimos en canales para nuestros seres queridos, e incluso para los completos desconocidos que encontramos por la calle.
Cuán a menudo le preguntas a alguien que encuentras casualmente: "¿Cómo estás?" ¿Te quedas ahí para ayudar en caso de que la respuesta sea "muy mal"?
¿Cuándo fue la última vez que apareciste en la puerta de un amigo sin avisar, justo a tiempo para apretar su mano durante una crisis?
¿Has decidido alguna vez tomar un camino distinto para ir a la tienda y encontrado que eso te ha permitido ayudar a un anciano o a otra persona necesitada?
A eso precisamente me refiero.
Esta semana, si todos nosotros podemos adquirir el hábito de hacer preguntas más allá de lo que se considera normal, de lo necesario, de lo que aparece en nuestra 'lista de tareas pendientes', podemos abrirnos a recibir mensajes para todas y cada una de las personas que se crucen en nuestro camino.
Pero recuerda, cada día elegimos de nuevo el camino en el que nos encontramos. Haz esas preguntas. Y te encontrarás en un camino de verdadero interés por los demás.
Todo lo mejor,
Yehudá Berg
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