JUEVES 15 DE OCTUBRE DE 2009
A menudo uso la analogía de un baño de vapor cuando discuto cómo manejar la presión de circunstancias difíciles. Si te sientas en una baño de vapor o en un sauna, hay una sensación impresionante de liberación y relajación mientras disfrutas el calor y empiezas a sudar. Quizá hay esencia de eucalipto en el aire y huele magnífico. Luego el chorro se enciende o se rocía agua en los carbones calientes y entonces el ambiente se vuelve realmente caliente. Apenas y toleras el calor. Aun cuando estás experimentando algo muy saludable, empiezas a sentirte incómodo. Luego llega el momento en que te lanzas hacia la puerta porque no puedes más con el calor; ¡estás demasiado incómodo!
Hoy, aguanta la incomodidad asociada con romper el ego o la tendencia a volverte defensivo o sentirte insultado. Es un poco como permitirte estar uno o dos minutos más en el vapor para adquirir tolerancia.
A menudo uso la analogía de un baño de vapor cuando discuto cómo manejar la presión de circunstancias difíciles. Si te sientas en una baño de vapor o en un sauna, hay una sensación impresionante de liberación y relajación mientras disfrutas el calor y empiezas a sudar. Quizá hay esencia de eucalipto en el aire y huele magnífico. Luego el chorro se enciende o se rocía agua en los carbones calientes y entonces el ambiente se vuelve realmente caliente. Apenas y toleras el calor. Aun cuando estás experimentando algo muy saludable, empiezas a sentirte incómodo. Luego llega el momento en que te lanzas hacia la puerta porque no puedes más con el calor; ¡estás demasiado incómodo!
Hoy, aguanta la incomodidad asociada con romper el ego o la tendencia a volverte defensivo o sentirte insultado. Es un poco como permitirte estar uno o dos minutos más en el vapor para adquirir tolerancia.
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