Estamos en la parte final de un periodo de tiempo que puede ser muy desafiante. Se llama el "Ómer".
En el primer día del Ómer nos sentimos muy bien, pero cuando llega el 17º o el 18º día... Pensamos que podemos manejarlo, y justo cuando pensamos que podemos, nos golpea.
Agárrate fuerte; el Ómer finaliza el 19 de mayo. Así que mientras estés en la montaña rusa de la semana que viene, recuerda: Estos desafíos no son un castigo, sino una prueba.
¿Una prueba de qué?, te preguntarás.
De nuestro compromiso con este camino.
Las pruebas nos ayudan a descubrir cosas. Las pruebas no vienen cuando estamos preparados para ellas; vienen cuando no lo estamos. Qué tan espirituales somos no es sólo acerca de cuánto sonreímos o compartimos, sino de lo que hacemos cuando se nos pone a prueba.
Una cosa es cierta: nuestro Oponente nunca va a enfrentarse a nosotros cuando estamos preparados.
Una forma de asegurarnos de que superemos estos momentos difíciles es encontrar maneras de renovar nuestra rutina. Ya hemos hablado de esto antes. Necesitamos encontrar formas de hacer que sintamos cada día como si fuera nuevo. Y si eso es demasiado difícil, al menos algo nuevo cada semana.
Otra táctica viene literalmente de los militares. Su entrenamiento es riguroso, incluso torturador para algunos. Pero el entrenamiento asegura que esos soldados sepan qué hacer cuando son sorprendidos. La mayoría de nosotros nos quedaríamos paralizados y nos olvidaríamos de qué hacer bajo fuego enemigo. Pero al repetir los ejercicios una y otra vez, aun cuando te sorprenden, sabes y recuerdas lo que has aprendido y se ha arraigado en ti.
Lo mismo sucede con el boxeo; los boxeadores siguen golpeando aun cuando están heridos porque su instinto natural toma el control.
La idea consiste en entrenar nuestra alma, hacer que nuestro nivel de acción sea positivo.
Así que esta semana, empieza a hacer algo nuevo. Lee un libro nuevo. Tonifica tu rutina. Cambia el escenario.
Y piensa qué puedes hacer para entrenarte para las pruebas. Empieza haciendo que tus pequeñas reacciones sean más positivas, y pronto podrás resistir cuando aparezcan los grandes desafíos.
Todo lo mejor,
En el primer día del Ómer nos sentimos muy bien, pero cuando llega el 17º o el 18º día... Pensamos que podemos manejarlo, y justo cuando pensamos que podemos, nos golpea.
Agárrate fuerte; el Ómer finaliza el 19 de mayo. Así que mientras estés en la montaña rusa de la semana que viene, recuerda: Estos desafíos no son un castigo, sino una prueba.
¿Una prueba de qué?, te preguntarás.
De nuestro compromiso con este camino.
Las pruebas nos ayudan a descubrir cosas. Las pruebas no vienen cuando estamos preparados para ellas; vienen cuando no lo estamos. Qué tan espirituales somos no es sólo acerca de cuánto sonreímos o compartimos, sino de lo que hacemos cuando se nos pone a prueba.
Una cosa es cierta: nuestro Oponente nunca va a enfrentarse a nosotros cuando estamos preparados.
Una forma de asegurarnos de que superemos estos momentos difíciles es encontrar maneras de renovar nuestra rutina. Ya hemos hablado de esto antes. Necesitamos encontrar formas de hacer que sintamos cada día como si fuera nuevo. Y si eso es demasiado difícil, al menos algo nuevo cada semana.
Otra táctica viene literalmente de los militares. Su entrenamiento es riguroso, incluso torturador para algunos. Pero el entrenamiento asegura que esos soldados sepan qué hacer cuando son sorprendidos. La mayoría de nosotros nos quedaríamos paralizados y nos olvidaríamos de qué hacer bajo fuego enemigo. Pero al repetir los ejercicios una y otra vez, aun cuando te sorprenden, sabes y recuerdas lo que has aprendido y se ha arraigado en ti.
Lo mismo sucede con el boxeo; los boxeadores siguen golpeando aun cuando están heridos porque su instinto natural toma el control.
La idea consiste en entrenar nuestra alma, hacer que nuestro nivel de acción sea positivo.
Así que esta semana, empieza a hacer algo nuevo. Lee un libro nuevo. Tonifica tu rutina. Cambia el escenario.
Y piensa qué puedes hacer para entrenarte para las pruebas. Empieza haciendo que tus pequeñas reacciones sean más positivas, y pronto podrás resistir cuando aparezcan los grandes desafíos.
Todo lo mejor,
Yehudá Berg