La gente que cree no puede alcanzar ninguna comprensión. La gente que acepta calladamente es incapaz de tener una experiencia propia. El viaje de los que están ciegos y se aferran al hecho de que si los demás dicen que la luz existe, no hay duda de que existe, se termina ahí mismo. El viaje sólo puede continuar cuando permanece tu inquietud y nunca desaparece. La inquietud aparece sólo cuando sientes que los demás dicen que hay algo, pero tú no lo ves y no lo aceptas. Sólo podrás aceptarlo cuando lo veas. Dentro de la mente tiene que existir el tipo de inquietud que dice: «Sólo lo aceptaré cuando lo vea con mis propios ojos».
Las personas que quieren que tengas creencias son las que dicen que no necesitas tener ojos: «Mahavira tenía ojos, eso es suficiente; Buda tenía ojos, eso es suficiente. ¿Por qué tiene que tener ojos todo el mundo? Krishna tenía ojos y escribió el Gita, ¿para qué necesitas tener ojos tú? Lee el Gita y disfrútalo. Krishna era capaz de ver y describió lo que veía, ¿qué necesidad de ver tienen los demás? Simplemente, debes creer. Los que pueden ver ya han hablado; tú simplemente debes limitarte a creer. La sabiduría ya ha sido alcanzada, ¿qué necesidad tienes de alcanzarla tú mismo?».
Esta enseñanza ha cegado al hombre. Casi todas las personas del mundo han estado ciegas, y ahora casi todas siguen estando ciegas. Y si te fijas en la situación actual, en el futuro también seguirá estando ciego casi todo el mundo, porque la alquimia básica para corregir la ceguera ,que es la sed de superar, la ceguera ha sido destruida. Ha sido destruida aportando fuertes sistemas de creencias.
En realidad habría que decir que por muy buenos que fueran los ojos de Krishna y por mucho que pudieran ver, no son tus ojos. Y por muy bellos que fueran los ojos de Krishna, como una flor de loto, no son tus ojos. Tus ojos tal vez no sean tan significativos, quizá sólo sean una flor campestre y no una flor de loto, pero son tus ojos. Y sólo puedes ver con tus ojos.
Deberías encontrar tu propia comprensión, porque no puedes alcanzar nada venerando las visiones de los demás. De hecho, la búsqueda de tu propia comprensión sólo puede comenzar cuando abandonas las ideas de los demás. Mientras siga habiendo un sustituto, mientras obtengas algo del exterior, no podrá comenzar la búsqueda.
Cuando no tienes apoyo o satisfacción de ningún otro lugar, cuando no puedes obtener nada de nadie, entonces nace dentro de ti el desafío de buscar tu propio camino, tu propia comprensión.
El hombre es muy vago. Si puede alcanzar la sabiduría sin hacer ningún esfuerzo, ¿por qué debería molestarse? Si la iluminación se puede alcanzar simplemente por creer, sin buscar, ¿para qué intentar recorrer por su cuenta el camino hacia la iluminación? Y cuando alguien dice: «Cree en mí, te conduciré a la iluminación», ¿por qué hacer el esfuerzo él solo? Cuando alguien dice: «Siéntate en mi barco. Te llevaré a la otra orilla y habrás acabado con este asunto», preferirá sentarse tranquilamente en el barco y quedarse dormido.
Pero nadie puede llegar a ningún sitio en el barco de otra persona. Y nadie puede ver con los ojos de otra persona, nunca ha sucedido y nunca sucederá. Tendrás que caminar con tus propios pies, tendrás que ver con tus propios ojos, tendrás que vivir con el latido de tu propio corazón. Tienes que vivir y morir solo. Nadie puede vivir y morir en lugar de otra persona. No puedes reemplazar a nadie y nadie te puede reemplazar. Si hay algo absolutamente imposible en este mundo es la noción de que alguien puede sustituir a nadie.
Dos soldados estaban tendidos en el campo de batalla durante la segunda guerra mundial. Un soldado estaba a punto de morir. Estaba tan malherido que evidentemente no tenía esperanzas. El otro soldado también estaba herido, pero estaba vivo y no había peligro de que se muriera. Eran amigos.
El soldado agonizante abrazó a su amigo y le dijo:
-Ahora debo decirte adiós porque no tengo posibilidades de sobrevivir. Se me ocurre una cosa: toma mi hoja de servicios y dame la tuya. Tu hoja de servicios no es tan buena, hay muchos comentarios humillantes. Pero la mía es buena, así que vamos a intercambiarlas. De este modo, los oficiales pensarán que tú te has muerto y yo estoy vivo. Como mi historial es bueno, podrás recibir una buena promoción y te honrarán. iDate prisa! Vamos a cambiarnos el libro y el número.
El deseo del amigo agonizante era absolutamente correcto porque los soldados sólo son números, no tienen nombres. Y un soldado sólo tiene una hoja de servicios, no tiene alma. Estaba bien intercambiar los libros, moriría un hombre malo y sobreviviría un hombre bueno.
Pero el hombre que no se iba a morir contestó:
-Perdóname. Puedo usar tu libro y tu número, pero seguiré siendo yo mismo. Soy un hombre malo y seguiré siendo un hombre malo. Bebo alcohol y seguiré bebiendo. Voy a las prostitutas y seguiré yendo. ¿Por cuánto tiempo seguirá siendo bueno tu historial? ¿Cuánto tiempo puede engañar a alguien un historial? Al contrario, se volverán malas las dos personas. Tú morirás como un hombre malo, pero el hombre malo seguirá vivo. Así, por lo menos, la gente dirá que se ha muerto un hombre bueno. Te traerán ofrendas de flores; si fueras yo, no te las traerían. No puedes estar en mi lugar y yo no puedo estar en el tuyo. Tu idea de intercambiamos surge de tu amor por mí y es buena, pero va en contra de las leyes de la vida.
Nadie puede reemplazar a otro. Nadie puede vivir o morir suplantando a otro. Nadie puede saber en el lugar de otro ni puede tener la capacidad de ver en el lugar de otro.
La gente que quiere que tengas creencias te ha dicho que mires con los ojos de otra persona: «Mira con los ojos de los tirthankaras, mira con los ojos de los avatares». Y tú has seguido creyendo, por eso ahora estás atrapado en una red. Miles de maestros han armado tanto escándalo, y los seguidores de los miles de maestros han armado tanto escándalo que han provocado un gran miedo al infierno y un gran deseo del cielo... y poco a poco, has aceptado lo que dicen. Y todas sus palabras han provocado tanto caos dentro de ti que el viaje de tu vida será interrumpido antes de que pueda llegar a ninguna parte.
Lo primero que debe hacer una persona inteligente es decir adiós a todos los pensamientos contradictorios y decidir: «No vaya creer. Quiero saber. El día que entienda por mi propia cuenta será el día que pueda usar la palabra "creencia". Antes de eso no podrá existir para mí ninguna creencia. Es un engaño, un autoengaño. No puedo engañarme y decir que sé algo sin saberlo, que entiendo algo sin entenderlo. No puedo aceptar nada a ciegas».
Esto no quiere decir que estés rechazando nada, significa sencillamente que estás al margen de la aceptación y el rechazo. Estás diciendo: «No estoy de acuerdo ni estoy en desacuerdo. No estoy diciendo que Mahavira esté equivocado ni estoy diciendo que tenga razón. Simplemente; digo que no sé lo que está diciendo Mahavira; por tanto, no tengo derecho a estar de acuerdo o en desacuerdo. El día que me dé cuenta por mí mismo que tiene razón estaré de acuerdo. Si me doy cuenta de que lo que dice está mal, no estaré de acuerdo. Pero si todavía no lo sé, ¿cómo puedo decir sí o no?».
Si la mente pudiese distanciarse de la aceptación y el rechazo, el lío se acabaría ahora mismo: Si se rompe la sustancia básica de esa maraña se convertirá en algo tan frágil como un castillo de naipes que se desmorona con un ligero toque. Ahora mismo es como un castillo de piedra con unos sólidos cimientos tan profundos que no se pueden distinguir fácilmente. Tu mente está condicionada a creer que la gente que cree y acepta es religiosa, y los que rechazan y no creen son irreligiosos.
Pero yo te digo que la persona que cree no es religiosa, ni tampoco lo es la persona que no cree. Una persona religiosa es aquella que es sincera. «Sincera» significa que ni cree ni deja de creer en lo que no conoce. Simplemente, declara con total sinceridad que no sabe, que es ignorante; no es una cuestión de aceptación o rechazo.
¿Puedes armarte de valor y fuerza para que tu ser esté en este punto medio? Si puedes, ese castillo de pensamientos se desmoronará inmediatamente, no es en absoluto difícil.
Por la mañana os he hablado de tres puntos, por la tarde de dos y ahora de uno. Considerad atentamente estos cinco puntos. No empecéis a usarlos porque yo os haya hablado de ellos; si no, me habré convertido en un predicador para vosotros. No creáis algo simplemente porque yo os lo he dicho, porque puede ser que todo lo que os he dicho sea un error, sea falso, no tenga sentido; y entonces estaréis en dificultades. No creáis lo que os he dicho.
Pensad, buscad y encontrad, y si a través de vuestra propia experiencia sentís que hay algo de verdad en lo que digo, si después de vuestra indagación, después de mirar en la ventana de vuestra mente, sentís que hay algo de verdad en ello, entonces esa verdad se convertirá en vuestra verdad. Ya no será sólo mía. Ya no será mi entendimiento, sino que se convertirá en vuestro entendimiento. Después, cualquier cosa que hagáis en la vida se convertirá en una forma de que vuestra vida se dirija hacia la sabiduría y el despertar. Pero todo lo que hagáis por medio de la creencia os sumirá en una mayor oscuridad e inconsciencia. El considerar este punto atentamente también os puede ayudar.
Las personas que quieren que tengas creencias son las que dicen que no necesitas tener ojos: «Mahavira tenía ojos, eso es suficiente; Buda tenía ojos, eso es suficiente. ¿Por qué tiene que tener ojos todo el mundo? Krishna tenía ojos y escribió el Gita, ¿para qué necesitas tener ojos tú? Lee el Gita y disfrútalo. Krishna era capaz de ver y describió lo que veía, ¿qué necesidad de ver tienen los demás? Simplemente, debes creer. Los que pueden ver ya han hablado; tú simplemente debes limitarte a creer. La sabiduría ya ha sido alcanzada, ¿qué necesidad tienes de alcanzarla tú mismo?».
Esta enseñanza ha cegado al hombre. Casi todas las personas del mundo han estado ciegas, y ahora casi todas siguen estando ciegas. Y si te fijas en la situación actual, en el futuro también seguirá estando ciego casi todo el mundo, porque la alquimia básica para corregir la ceguera ,que es la sed de superar, la ceguera ha sido destruida. Ha sido destruida aportando fuertes sistemas de creencias.
En realidad habría que decir que por muy buenos que fueran los ojos de Krishna y por mucho que pudieran ver, no son tus ojos. Y por muy bellos que fueran los ojos de Krishna, como una flor de loto, no son tus ojos. Tus ojos tal vez no sean tan significativos, quizá sólo sean una flor campestre y no una flor de loto, pero son tus ojos. Y sólo puedes ver con tus ojos.
Deberías encontrar tu propia comprensión, porque no puedes alcanzar nada venerando las visiones de los demás. De hecho, la búsqueda de tu propia comprensión sólo puede comenzar cuando abandonas las ideas de los demás. Mientras siga habiendo un sustituto, mientras obtengas algo del exterior, no podrá comenzar la búsqueda.
Cuando no tienes apoyo o satisfacción de ningún otro lugar, cuando no puedes obtener nada de nadie, entonces nace dentro de ti el desafío de buscar tu propio camino, tu propia comprensión.
El hombre es muy vago. Si puede alcanzar la sabiduría sin hacer ningún esfuerzo, ¿por qué debería molestarse? Si la iluminación se puede alcanzar simplemente por creer, sin buscar, ¿para qué intentar recorrer por su cuenta el camino hacia la iluminación? Y cuando alguien dice: «Cree en mí, te conduciré a la iluminación», ¿por qué hacer el esfuerzo él solo? Cuando alguien dice: «Siéntate en mi barco. Te llevaré a la otra orilla y habrás acabado con este asunto», preferirá sentarse tranquilamente en el barco y quedarse dormido.
Pero nadie puede llegar a ningún sitio en el barco de otra persona. Y nadie puede ver con los ojos de otra persona, nunca ha sucedido y nunca sucederá. Tendrás que caminar con tus propios pies, tendrás que ver con tus propios ojos, tendrás que vivir con el latido de tu propio corazón. Tienes que vivir y morir solo. Nadie puede vivir y morir en lugar de otra persona. No puedes reemplazar a nadie y nadie te puede reemplazar. Si hay algo absolutamente imposible en este mundo es la noción de que alguien puede sustituir a nadie.
Dos soldados estaban tendidos en el campo de batalla durante la segunda guerra mundial. Un soldado estaba a punto de morir. Estaba tan malherido que evidentemente no tenía esperanzas. El otro soldado también estaba herido, pero estaba vivo y no había peligro de que se muriera. Eran amigos.
El soldado agonizante abrazó a su amigo y le dijo:
-Ahora debo decirte adiós porque no tengo posibilidades de sobrevivir. Se me ocurre una cosa: toma mi hoja de servicios y dame la tuya. Tu hoja de servicios no es tan buena, hay muchos comentarios humillantes. Pero la mía es buena, así que vamos a intercambiarlas. De este modo, los oficiales pensarán que tú te has muerto y yo estoy vivo. Como mi historial es bueno, podrás recibir una buena promoción y te honrarán. iDate prisa! Vamos a cambiarnos el libro y el número.
El deseo del amigo agonizante era absolutamente correcto porque los soldados sólo son números, no tienen nombres. Y un soldado sólo tiene una hoja de servicios, no tiene alma. Estaba bien intercambiar los libros, moriría un hombre malo y sobreviviría un hombre bueno.
Pero el hombre que no se iba a morir contestó:
-Perdóname. Puedo usar tu libro y tu número, pero seguiré siendo yo mismo. Soy un hombre malo y seguiré siendo un hombre malo. Bebo alcohol y seguiré bebiendo. Voy a las prostitutas y seguiré yendo. ¿Por cuánto tiempo seguirá siendo bueno tu historial? ¿Cuánto tiempo puede engañar a alguien un historial? Al contrario, se volverán malas las dos personas. Tú morirás como un hombre malo, pero el hombre malo seguirá vivo. Así, por lo menos, la gente dirá que se ha muerto un hombre bueno. Te traerán ofrendas de flores; si fueras yo, no te las traerían. No puedes estar en mi lugar y yo no puedo estar en el tuyo. Tu idea de intercambiamos surge de tu amor por mí y es buena, pero va en contra de las leyes de la vida.
Nadie puede reemplazar a otro. Nadie puede vivir o morir suplantando a otro. Nadie puede saber en el lugar de otro ni puede tener la capacidad de ver en el lugar de otro.
La gente que quiere que tengas creencias te ha dicho que mires con los ojos de otra persona: «Mira con los ojos de los tirthankaras, mira con los ojos de los avatares». Y tú has seguido creyendo, por eso ahora estás atrapado en una red. Miles de maestros han armado tanto escándalo, y los seguidores de los miles de maestros han armado tanto escándalo que han provocado un gran miedo al infierno y un gran deseo del cielo... y poco a poco, has aceptado lo que dicen. Y todas sus palabras han provocado tanto caos dentro de ti que el viaje de tu vida será interrumpido antes de que pueda llegar a ninguna parte.
Lo primero que debe hacer una persona inteligente es decir adiós a todos los pensamientos contradictorios y decidir: «No vaya creer. Quiero saber. El día que entienda por mi propia cuenta será el día que pueda usar la palabra "creencia". Antes de eso no podrá existir para mí ninguna creencia. Es un engaño, un autoengaño. No puedo engañarme y decir que sé algo sin saberlo, que entiendo algo sin entenderlo. No puedo aceptar nada a ciegas».
Esto no quiere decir que estés rechazando nada, significa sencillamente que estás al margen de la aceptación y el rechazo. Estás diciendo: «No estoy de acuerdo ni estoy en desacuerdo. No estoy diciendo que Mahavira esté equivocado ni estoy diciendo que tenga razón. Simplemente; digo que no sé lo que está diciendo Mahavira; por tanto, no tengo derecho a estar de acuerdo o en desacuerdo. El día que me dé cuenta por mí mismo que tiene razón estaré de acuerdo. Si me doy cuenta de que lo que dice está mal, no estaré de acuerdo. Pero si todavía no lo sé, ¿cómo puedo decir sí o no?».
Si la mente pudiese distanciarse de la aceptación y el rechazo, el lío se acabaría ahora mismo: Si se rompe la sustancia básica de esa maraña se convertirá en algo tan frágil como un castillo de naipes que se desmorona con un ligero toque. Ahora mismo es como un castillo de piedra con unos sólidos cimientos tan profundos que no se pueden distinguir fácilmente. Tu mente está condicionada a creer que la gente que cree y acepta es religiosa, y los que rechazan y no creen son irreligiosos.
Pero yo te digo que la persona que cree no es religiosa, ni tampoco lo es la persona que no cree. Una persona religiosa es aquella que es sincera. «Sincera» significa que ni cree ni deja de creer en lo que no conoce. Simplemente, declara con total sinceridad que no sabe, que es ignorante; no es una cuestión de aceptación o rechazo.
¿Puedes armarte de valor y fuerza para que tu ser esté en este punto medio? Si puedes, ese castillo de pensamientos se desmoronará inmediatamente, no es en absoluto difícil.
Por la mañana os he hablado de tres puntos, por la tarde de dos y ahora de uno. Considerad atentamente estos cinco puntos. No empecéis a usarlos porque yo os haya hablado de ellos; si no, me habré convertido en un predicador para vosotros. No creáis algo simplemente porque yo os lo he dicho, porque puede ser que todo lo que os he dicho sea un error, sea falso, no tenga sentido; y entonces estaréis en dificultades. No creáis lo que os he dicho.
Pensad, buscad y encontrad, y si a través de vuestra propia experiencia sentís que hay algo de verdad en lo que digo, si después de vuestra indagación, después de mirar en la ventana de vuestra mente, sentís que hay algo de verdad en ello, entonces esa verdad se convertirá en vuestra verdad. Ya no será sólo mía. Ya no será mi entendimiento, sino que se convertirá en vuestro entendimiento. Después, cualquier cosa que hagáis en la vida se convertirá en una forma de que vuestra vida se dirija hacia la sabiduría y el despertar. Pero todo lo que hagáis por medio de la creencia os sumirá en una mayor oscuridad e inconsciencia. El considerar este punto atentamente también os puede ayudar.