Todos y cada uno de nosotros quiere ser tan exitoso como pueda llegar a ser. Como seres humanos, todos deseamos ser felices, sentirnos satisfechos y estar cerca de la fuerza de Luz del Creador. Debemos tener un deseo constante de ser lo mejores que podamos, tanto en nuestro trabajo físico como en nuestro trabajo espiritual.
Si ése es tu deseo, si ése es el deseo de la mayoría de los humanos, ¿por qué todo el mundo no es lo mejor que puede ser? El Creador hace esta pregunta cada día.
Satán, cuya autobiografía puedes encontrar aquí (en inglés y pronto en español) le dice al Creador: "Nadie en la Tierra está ahí fuera haciendo todo lo que está en su posibilidad para alcanzar la grandeza". El Creador responde: "Entonces se la daré a las personas que lleguen primero y que la deseen más".
La pregunta es: ¿cómo podemos llegar a ser los primeros? ¿Por qué parece ser algo aleatorio? Si no puedo ser el primero, o el segundo, ¿puedo ser el tercero?
La respuesta es: Si acabas de comenzar tu camino, entonces empieza por esforzarte por ser el mejor. Y si tienes hijos, enseña a tus hijos a esforzarse por ser lo mejor que puedan ser.
A veces nos sentimos tan lejos de nuestro verdadero potencial, que nos desanimamos. No hay atajos. No intentes complacer a los demás. Nada sustituye a hacer el trabajo. Asegúrate de ser una persona que siempre hace lo que se necesita, que finaliza el trabajo cueste lo que cueste.
Y nunca pienses que ya estás allí. Debes esforzarte por llegar allí, pero estar en el lugar en el que sabes que no has llegado todavía. Esto requiere un trabajo constante.
Hasta la semana próxima, recuerda lo siguiente:
Algunos días serán más felices que otros. Y algunos periodos de tiempo serán más exitosos que otros. La clave para el éxito auténtico es ser lo mejor que puedas ser, y no asumir nunca que ya lo has logrado.
Todo lo mejor,
Yehudá Berg