JUEVES 25 DE DICIEMBRE DE 2008
La Luz del Creador no está en algún lugar arriba en el cielo. Las chispas de la Luz están en todas partes: en cada persona, en cada árbol, y aún en los objetos inanimados y aparentemente sin vida.
Ésta es una de las enseñanzas más importantes en Kabbalah. Nuestra tarea es reconocer las chispas divinas que impregnan nuestro entorno, y a través de nuestro trabajo espiritual positivo, hacer que crezcan más fuertes y brillantes.
Hoy, alimenta con esas chispas todo lo que haces y a toda la gente con la que te reúnes.
La Luz del Creador no está en algún lugar arriba en el cielo. Las chispas de la Luz están en todas partes: en cada persona, en cada árbol, y aún en los objetos inanimados y aparentemente sin vida.
Ésta es una de las enseñanzas más importantes en Kabbalah. Nuestra tarea es reconocer las chispas divinas que impregnan nuestro entorno, y a través de nuestro trabajo espiritual positivo, hacer que crezcan más fuertes y brillantes.
Hoy, alimenta con esas chispas todo lo que haces y a toda la gente con la que te reúnes.
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