MIÉRCOLES, 2 DE JUNIO DE 2010
En una oportunidad, un estudiante se le acercó a un sabio muy instruido en cuanto a las doctrinas espirituales y artes místicas. Le pidió al maestro que le enseñara todos los secretos sublimes de la vida, que le explicara todos los magníficos misterios del cosmos que se encuentran ocultos en los libros sagrados.
Y le preguntó si todo eso podía hacerse en el tiempo que una persona puede permanecer parada en un solo pie. El gran sabio consideró cuidadosamente su pedido. Sonrió cálidamente y le respondió: "Ama a tu prójimo como a ti mismo. El resto es comentario. Ahora ve y aprende".
Ve y aprende el día de hoy.
En una oportunidad, un estudiante se le acercó a un sabio muy instruido en cuanto a las doctrinas espirituales y artes místicas. Le pidió al maestro que le enseñara todos los secretos sublimes de la vida, que le explicara todos los magníficos misterios del cosmos que se encuentran ocultos en los libros sagrados.
Y le preguntó si todo eso podía hacerse en el tiempo que una persona puede permanecer parada en un solo pie. El gran sabio consideró cuidadosamente su pedido. Sonrió cálidamente y le respondió: "Ama a tu prójimo como a ti mismo. El resto es comentario. Ahora ve y aprende".
Ve y aprende el día de hoy.
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