JUEVES 20 DE NOVIEMBRE DE 2008
Ayer llamé a la línea de apoyo para arreglar mi i-pod descompuesto. Tenía la llamada en altavoz cuando, finalmente, el encargado de servicio a clientes contestó y me pidió mi nombre. Se lo dije y me pidió que lo repitiera. Se lo dije y me volvió a pedir que lo repitiera. Esto pasó dos veces más y al final colgué, frustrado, ¡sólo para darme cuenta un segundo después de que tenía el teléfono en "modo silencioso"!
¿Cuántas veces nos ponemos en "modo silencioso" con la gente? Ahí están los demás, listos para ayudar, pero no los podemos escuchar, o nos negamos a ver que los estamos bloqueando. Además, cuando la gente necesita NUESTRA ayuda, decimos que estamos muy ocupados o no podemos y, en efecto, ponemos en "modo silencioso" la Luz y sabiduría que podríamos recibir.
Hoy, ten presente que cada persona que conoces tiene algo que enseñarte. Y viceversa.
Ayer llamé a la línea de apoyo para arreglar mi i-pod descompuesto. Tenía la llamada en altavoz cuando, finalmente, el encargado de servicio a clientes contestó y me pidió mi nombre. Se lo dije y me pidió que lo repitiera. Se lo dije y me volvió a pedir que lo repitiera. Esto pasó dos veces más y al final colgué, frustrado, ¡sólo para darme cuenta un segundo después de que tenía el teléfono en "modo silencioso"!
¿Cuántas veces nos ponemos en "modo silencioso" con la gente? Ahí están los demás, listos para ayudar, pero no los podemos escuchar, o nos negamos a ver que los estamos bloqueando. Además, cuando la gente necesita NUESTRA ayuda, decimos que estamos muy ocupados o no podemos y, en efecto, ponemos en "modo silencioso" la Luz y sabiduría que podríamos recibir.
Hoy, ten presente que cada persona que conoces tiene algo que enseñarte. Y viceversa.
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