VIERNES 7 DE NOVIEMBRE DE 2008
Hace mucho tiempo vivía un conocido maestro espiritual que se ganaba la vida haciendo zapatos. Obviamente no poseía grandes riquezas. No era famoso. No tenía un puesto político. El sólo era un zapatero. No obstante, porque él sabía cual era su trabajo en el mundo, y porque tenía conciencia de lo que hacía, todo lo hacía con amor.
La gente acudía en masa a comprar sus zapatos porque se sabía que a aquéllos que los usaran se les concedía el acceso a todos los secretos de su alma. Haciendo lo que parecía ser un trabajo simple, él fue capaz de afectar profundamente a la gente y revelar más Luz en el mundo que algunos de los más grandes maestros de su generación.
Hoy, pon todo tu amor y conciencia en cada cosa que haces. Mucha Luz es revelada en cosas pequeñas.
Hace mucho tiempo vivía un conocido maestro espiritual que se ganaba la vida haciendo zapatos. Obviamente no poseía grandes riquezas. No era famoso. No tenía un puesto político. El sólo era un zapatero. No obstante, porque él sabía cual era su trabajo en el mundo, y porque tenía conciencia de lo que hacía, todo lo hacía con amor.
La gente acudía en masa a comprar sus zapatos porque se sabía que a aquéllos que los usaran se les concedía el acceso a todos los secretos de su alma. Haciendo lo que parecía ser un trabajo simple, él fue capaz de afectar profundamente a la gente y revelar más Luz en el mundo que algunos de los más grandes maestros de su generación.
Hoy, pon todo tu amor y conciencia en cada cosa que haces. Mucha Luz es revelada en cosas pequeñas.
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