DOMINGO 14 DE SEPTIEMBRE 2008
La mayoría de nosotros no puede dedicar todo el día y todos los días a asuntos espirituales. Tenemos trabajos y carreras, familias y amigos. Y esto, después de todo, es lo que la Luz tiene destinado para nosotros. No fuimos creados para vivir en la cima de una montaña, solos con nuestras contemplaciones y meditaciones. Fuimos traídos a este mundo para enfrentarnos al reto de ser espirituales mientras vivimos una vida física dura, que a veces parece exactamente opuesta a lo espiritual.
El hecho de que tú tengas tantas responsabilidades mundanas no significa que la calidad de tu trabajo espiritual deba ser degradada, aun si el tiempo que dedicas explícitamente a asuntos espirituales es menor de lo que pudiera ser.
La mayoría de nosotros terminamos con sólo cortos espacios de tiempo para el estudio y la reflexión. Pero debes asirte a esos momentos y usarlos para hacer tu trabajo espiritual.
Hoy, el trabajo espiritual es revisar el dolor que has causado a otros este año que ha pasado, y transformar el resultado original al comprometerte a no permitir que ese comportamiento reactivo te domine.
Si realmente nos importa la conexión con la Luz, entonces convirtamos nuestro deseo de transformarnos en un compromiso en todo momento.
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