San Germán continuó sus actividades políticas secretas después de su salida de Londres. En 1760 regresó secretamente a París. Allí parece que se alojaba en la casa de su amigo el príncipe de Anhalt-Zerbst, del estado del mismo nombre que arrendaba mercenarios alemanes a Inglaterra, aunque nunca llegó a acumular tanta riqueza como algunos de los príncipes alemanes vecinos.
El príncipe de Anhalt-Zerbst tenía una hermana llamada Catalina II. El 21 de Agosto de 1744, Catalina II se casó con Pedro III de Rusia. Este matrimonio había sido arreglado por Federico el Grande de Prusia, quien era amigo de la familia Anhalt-Zarbst y al menos por un tiempo, del mismo San Germán.
En 1762, dos años después que San Germán regresó calladamente a París, Pedro III asumió el trono de Rusia. San Germán viajó inmediatamente a la capital rusa, San Peterburgo, donde ayudó a Catalina a derribar a Pedro y establecerse como la Emperatriz de Rusia. Ayudando al golpe de estado estaba la familia rusa Orloff. Los Orloff se decía que habían asesinado a Pedro en una falsa reyerta. Por esta ayuda en el golpe, San Germán fue hecho General del Ejército Ruso y quedó como íntimo amigo de la familia Orloff durante muchos años. Catalina, quien más tarde llegó a ser conocida como Catalina la Grande, gobernó a la Rusia por veintinueve años.
Con este audaz golpe de estado, San Germán contribuyó a colocar a Rusia bajo el gobierno de una camarilla de familias reales alemanas bajo las cuales habían caído ya otros países europeos. Fue usando el mismo modus operandi: el matrimonio de una alemán de la realeza con un miembro de la dinastía víctima, seguido por una revolución o un golpe de estado. Aquí encontramos evidencia directa de la intervención de la red de la Hermandad en la persona de San Germán.
Lo que hizo San Germán entre los años 1763 1769 después de abandonar Rusia, es un misterio. Se sabe que pasó un año aproximadamente en Berlín y que, por poco tiempo, fue huésped de Federico Augusto de Brunswick. Desde Brunswick, San Germán continuó su viaje por toda Europa. Regresó a Francia en 1770. En 1772, San Germán actuó como agente de Luis XV, esta vez durante las negociaciones en Viena sobre la partición de Polonia. Desafortunadamente para San Germán, Luis XV murió el 10 de Mayo de 1774 y su nieto Luis de diecinueve años ahora convertido en Luis XVI, accedió al trono. En nuevo rey trajo de regreso al poder a Choiseul y este tomó con desprecio personal a San Germán. El Conde fue forzado a dejar la sociedad francesa por última vez.
San Germán inmediatamente salió para Alemania donde, apenas pasados once días después de la muerte de Luis XV, fue huésped de Guillermo IX de Hesse, el príncipe que había heredado la inmensa fortuna de Hesse-Kassel. Según J. J. Bjornstanl, lo que dejó escrito en su libro de viajes fue:
“Nosotros éramos los huéspedes en la corte del Príncipe-Heredero, Guillermo von Hessen-Cassel (hermano de Karl von Hessen) en Hanau, cerca de Frankfort. Cuando nosotros regresamos al castillo de Hanau el 21 de Mayo de 1774, encontramos allí a Lord Cavendish y al Conde de San Germán; ellos habían llegado desde Lausanne y estaban viajando a Cassel y Berlín”.[1]
Después de su visita a la casa del príncipe Hessiano, San Germán fiajó por casi toda Europa por otra vez. Fue muy bien recibido como huésped de los Margrave de Brandenburgo y por otros. Finalmente en 1779, San Germán fue tomado por el príncipe Karl de Hesse, quien era el máximo dirigente de la Estricta Observancia. San Germán gastó los últimos años de su vida con Karl.
En 1784 se dice que murió San Germán. La iglesia de Eckenford registra el siguiente contenido:
“Murió el 27 de Febrero, enterrado el 2 de Marzo de 1784, el llamado Conde de San Germán y Weldon,(*) no se tiene más información, privadamente depositado en esta iglesia.”[2]
Fue después de su mencionada muerte que el estatus verdadero de San Germán emergió dentro de la Hermandad. San Germán, no sólo fue descrito como uno de los más altos representantes de la Hermandad, sino que también fue divinizado como un ser físicamente inmortal, quien no tuvo edad o muerte. Numerosos admiradores contemporáneos declararon que a veces veían a San Germán cuando en realidad hubiese sido imposible para ellos debido a su avanzada edad. Por ejemplo, el Barón E. H. Gleichen escribió en sus memorias publicadas en 1868, lo siguiente:
“Yo llegué a oír a Rameau y a un viejo familiar de un embajador francés en Venecia, testimoniar haber conocido a San Germán en 1710, cuando ya tenía la apariencia de un hombre de cincuenta años de edad.”[3]
Si San Germán tenía cincuenta años de edad en 1710, entonces habría tenido 124 años cuando presumiblemente murió en 1784. Una revista mística alemana publicada en 1857, el Magazin der Beweisfuhrer, fur Verurtheilung des Freimaurer – Ordens, establece que San Germán fue uno de los representantes franceses a la Convención Masónica de París en 1785, un año después de su presunta muerte. Otro escritor, Cantu Cesar, en su trabajo “ Gli Eretia d’Italia” estableció que San Germán estaba presente en la famosa Conferencia Masónica de Wilhelmsbad, la cual fue realizada también en 1785.
Esos relatos son vistos por alguna gente como evidencia de que la muerte ha sido establecida , quizás por la segunda vez en su vida, para permitirle escapar a la controversia que lo rodeaba de tal forma que pudiera vivir el resto de su vida en relativa quietud.
Sin embargo, las alegadas apariciones de San Germán después de muerto no terminan en 1785. La condesa de Adhemar, una miembro de la corte francesa, quien escribió sus memorias poco antes de su muerte en el año 1822, declara haber visto a San Germán muchas veces después de su supuesta muerte, frecuentemente durante épocas de agitación política. Ella declara que San Germán hubo enviado advertencias al rey y reina de Francia, sus enemigos Luis XVI y María Antonieta justo antes del estallido de la Revolución Francesa, el cual ocurrió en el año de 1789. La Condesa también declara que lo vio en 1793, 1804, 1813 y 1820. Un escritor rosacruz, Franz Graeffer, establece que San Germán hizo apariciones en Austria después de su anunciada muerte y fue honrado allí como un avanzado adepto de la Hermandad. A finales de los 1800’s, Madame Helena Blavatsky, una de las cofundadoras de la Sociedad Teosófica, declaró que San Germán fue uno de los Maestros Ocultos del Tibet que controlaba secretamente los destinos del mundo. En 1919, un hombre declaró ser San Germán apareciendo en Hungría en el mismo tiempo en cuando era puesta en marcha en ese país, una exitosa revolución pro-comunista. Finalmente en 1930, un hombre llamado Guy Ballard, declaró que encontró a San Germán en el monte Shasta en California y que San Germán le habría ayudado a establecer una nueva rama de la Hermandad conocida como “I AM”. Veremos YO SOY en un capítulo posterior.
¿Eran todos esos testigos, mentirosos? Probablemente no. La Hermandad propiciaba ocasionalmente “resurrecciones”, como una manera de deificar a miembros selectos. Esto fue lo que ha sido hecho con Jesús. En efecto, aquellas ramas de la Hermandad que deifican a San Germán , que precisamente no son todas, con frecuencia dan a San Germán el mismo estatus dado a Jesús. Debido a que San Germán fue escogido para deificación es posible que nunca se le comprenda totalmente. A lo mejor sus éxitos dentro de la Hermandad fueron mucho más numerosos de lo que nosotros conocemos. Cualquiera que sea la razón, está claro que San Germán era un mortal. El murió, si no en la fecha de su desaparición registrada, entonces lo hizo en esa década.
Durante su lapso de vida y aún hoy, mucha gente ha considerado a San Germán un fraude y un charlatán. Algunos críticos sostienen que San Germán no era más que un estafador de mucha labia y un artista de nacimiento común, cuya entrada a la sociedad real sucedió sólo por tener una personalidad colorida y astucia. La evidencia que hemos visto claramente, no soporta este argumento. No era fácil para un extranjero entrar a muchos círculos reales y luego permanecer dentro. San Germán se involucró en el derrocamiento de Pedro de Rusia, lo cual no fue una estafa minúscula; este fue un golpe mayor con el cual se alteró el paisaje político de Europa. Sí, San Germán fue un charlatán en gran cantidad de cosas, pero esto hizo a sus actividades políticas y a sus conexiones no menos significativas. San Germán con su colorido y despliegue, oscureció un mortal y serio lado de su vida. Sus viajes y actividades ataron a la Hermandad con los príncipes Hessianos, las intrigas de Francia, las guerras de Europa y el papel moneda bancario.
La personalidad de San Germán revela que cuando nosotros discutimos las influencias “detrás del escenario”, no estamos hablando necesariamente de caracteres siniestros que se esconden en la sombra de los alrededores haciendo cosas incomprensibles. Generalmente estamos discutiendo sobre gente que son vivientes y coloridos como el resto de nosotros. Ellos aciertan o fallan. Ellos tienen sus penas y sus rarezas como cualquier otro. Ellos ejercen influencia sobre gente que hace cosas. La red de la Hermandad simplemente ha sido un canal efectivo que hace actuar a la gente y los hace mantener en silencio y secreto muchas de las cosas que ellos hacen. La influencia de la red de la Hermandad sólo parece misteriosa y “oculta” debido a que muchas de sus acciones no han sido registradas y son desconocidas para el mundo exterior. La red de la Hermandad corrupta no tiene hoy en día, ni ha tenido nunca, un poder “oculto” efectivo. De aquí que, el mundo puede ser hecho para lo mejor por gente que simplemente actúa y hace. No es necesario ninguna varita mágica. Sólo algo de sudor.
[1] Ibid., pp. 147-148.
El príncipe de Anhalt-Zerbst tenía una hermana llamada Catalina II. El 21 de Agosto de 1744, Catalina II se casó con Pedro III de Rusia. Este matrimonio había sido arreglado por Federico el Grande de Prusia, quien era amigo de la familia Anhalt-Zarbst y al menos por un tiempo, del mismo San Germán.
En 1762, dos años después que San Germán regresó calladamente a París, Pedro III asumió el trono de Rusia. San Germán viajó inmediatamente a la capital rusa, San Peterburgo, donde ayudó a Catalina a derribar a Pedro y establecerse como la Emperatriz de Rusia. Ayudando al golpe de estado estaba la familia rusa Orloff. Los Orloff se decía que habían asesinado a Pedro en una falsa reyerta. Por esta ayuda en el golpe, San Germán fue hecho General del Ejército Ruso y quedó como íntimo amigo de la familia Orloff durante muchos años. Catalina, quien más tarde llegó a ser conocida como Catalina la Grande, gobernó a la Rusia por veintinueve años.
Con este audaz golpe de estado, San Germán contribuyó a colocar a Rusia bajo el gobierno de una camarilla de familias reales alemanas bajo las cuales habían caído ya otros países europeos. Fue usando el mismo modus operandi: el matrimonio de una alemán de la realeza con un miembro de la dinastía víctima, seguido por una revolución o un golpe de estado. Aquí encontramos evidencia directa de la intervención de la red de la Hermandad en la persona de San Germán.
Lo que hizo San Germán entre los años 1763 1769 después de abandonar Rusia, es un misterio. Se sabe que pasó un año aproximadamente en Berlín y que, por poco tiempo, fue huésped de Federico Augusto de Brunswick. Desde Brunswick, San Germán continuó su viaje por toda Europa. Regresó a Francia en 1770. En 1772, San Germán actuó como agente de Luis XV, esta vez durante las negociaciones en Viena sobre la partición de Polonia. Desafortunadamente para San Germán, Luis XV murió el 10 de Mayo de 1774 y su nieto Luis de diecinueve años ahora convertido en Luis XVI, accedió al trono. En nuevo rey trajo de regreso al poder a Choiseul y este tomó con desprecio personal a San Germán. El Conde fue forzado a dejar la sociedad francesa por última vez.
San Germán inmediatamente salió para Alemania donde, apenas pasados once días después de la muerte de Luis XV, fue huésped de Guillermo IX de Hesse, el príncipe que había heredado la inmensa fortuna de Hesse-Kassel. Según J. J. Bjornstanl, lo que dejó escrito en su libro de viajes fue:
“Nosotros éramos los huéspedes en la corte del Príncipe-Heredero, Guillermo von Hessen-Cassel (hermano de Karl von Hessen) en Hanau, cerca de Frankfort. Cuando nosotros regresamos al castillo de Hanau el 21 de Mayo de 1774, encontramos allí a Lord Cavendish y al Conde de San Germán; ellos habían llegado desde Lausanne y estaban viajando a Cassel y Berlín”.[1]
Después de su visita a la casa del príncipe Hessiano, San Germán fiajó por casi toda Europa por otra vez. Fue muy bien recibido como huésped de los Margrave de Brandenburgo y por otros. Finalmente en 1779, San Germán fue tomado por el príncipe Karl de Hesse, quien era el máximo dirigente de la Estricta Observancia. San Germán gastó los últimos años de su vida con Karl.
En 1784 se dice que murió San Germán. La iglesia de Eckenford registra el siguiente contenido:
“Murió el 27 de Febrero, enterrado el 2 de Marzo de 1784, el llamado Conde de San Germán y Weldon,(*) no se tiene más información, privadamente depositado en esta iglesia.”[2]
Fue después de su mencionada muerte que el estatus verdadero de San Germán emergió dentro de la Hermandad. San Germán, no sólo fue descrito como uno de los más altos representantes de la Hermandad, sino que también fue divinizado como un ser físicamente inmortal, quien no tuvo edad o muerte. Numerosos admiradores contemporáneos declararon que a veces veían a San Germán cuando en realidad hubiese sido imposible para ellos debido a su avanzada edad. Por ejemplo, el Barón E. H. Gleichen escribió en sus memorias publicadas en 1868, lo siguiente:
“Yo llegué a oír a Rameau y a un viejo familiar de un embajador francés en Venecia, testimoniar haber conocido a San Germán en 1710, cuando ya tenía la apariencia de un hombre de cincuenta años de edad.”[3]
Si San Germán tenía cincuenta años de edad en 1710, entonces habría tenido 124 años cuando presumiblemente murió en 1784. Una revista mística alemana publicada en 1857, el Magazin der Beweisfuhrer, fur Verurtheilung des Freimaurer – Ordens, establece que San Germán fue uno de los representantes franceses a la Convención Masónica de París en 1785, un año después de su presunta muerte. Otro escritor, Cantu Cesar, en su trabajo “ Gli Eretia d’Italia” estableció que San Germán estaba presente en la famosa Conferencia Masónica de Wilhelmsbad, la cual fue realizada también en 1785.
Esos relatos son vistos por alguna gente como evidencia de que la muerte ha sido establecida , quizás por la segunda vez en su vida, para permitirle escapar a la controversia que lo rodeaba de tal forma que pudiera vivir el resto de su vida en relativa quietud.
Sin embargo, las alegadas apariciones de San Germán después de muerto no terminan en 1785. La condesa de Adhemar, una miembro de la corte francesa, quien escribió sus memorias poco antes de su muerte en el año 1822, declara haber visto a San Germán muchas veces después de su supuesta muerte, frecuentemente durante épocas de agitación política. Ella declara que San Germán hubo enviado advertencias al rey y reina de Francia, sus enemigos Luis XVI y María Antonieta justo antes del estallido de la Revolución Francesa, el cual ocurrió en el año de 1789. La Condesa también declara que lo vio en 1793, 1804, 1813 y 1820. Un escritor rosacruz, Franz Graeffer, establece que San Germán hizo apariciones en Austria después de su anunciada muerte y fue honrado allí como un avanzado adepto de la Hermandad. A finales de los 1800’s, Madame Helena Blavatsky, una de las cofundadoras de la Sociedad Teosófica, declaró que San Germán fue uno de los Maestros Ocultos del Tibet que controlaba secretamente los destinos del mundo. En 1919, un hombre declaró ser San Germán apareciendo en Hungría en el mismo tiempo en cuando era puesta en marcha en ese país, una exitosa revolución pro-comunista. Finalmente en 1930, un hombre llamado Guy Ballard, declaró que encontró a San Germán en el monte Shasta en California y que San Germán le habría ayudado a establecer una nueva rama de la Hermandad conocida como “I AM”. Veremos YO SOY en un capítulo posterior.
¿Eran todos esos testigos, mentirosos? Probablemente no. La Hermandad propiciaba ocasionalmente “resurrecciones”, como una manera de deificar a miembros selectos. Esto fue lo que ha sido hecho con Jesús. En efecto, aquellas ramas de la Hermandad que deifican a San Germán , que precisamente no son todas, con frecuencia dan a San Germán el mismo estatus dado a Jesús. Debido a que San Germán fue escogido para deificación es posible que nunca se le comprenda totalmente. A lo mejor sus éxitos dentro de la Hermandad fueron mucho más numerosos de lo que nosotros conocemos. Cualquiera que sea la razón, está claro que San Germán era un mortal. El murió, si no en la fecha de su desaparición registrada, entonces lo hizo en esa década.
Durante su lapso de vida y aún hoy, mucha gente ha considerado a San Germán un fraude y un charlatán. Algunos críticos sostienen que San Germán no era más que un estafador de mucha labia y un artista de nacimiento común, cuya entrada a la sociedad real sucedió sólo por tener una personalidad colorida y astucia. La evidencia que hemos visto claramente, no soporta este argumento. No era fácil para un extranjero entrar a muchos círculos reales y luego permanecer dentro. San Germán se involucró en el derrocamiento de Pedro de Rusia, lo cual no fue una estafa minúscula; este fue un golpe mayor con el cual se alteró el paisaje político de Europa. Sí, San Germán fue un charlatán en gran cantidad de cosas, pero esto hizo a sus actividades políticas y a sus conexiones no menos significativas. San Germán con su colorido y despliegue, oscureció un mortal y serio lado de su vida. Sus viajes y actividades ataron a la Hermandad con los príncipes Hessianos, las intrigas de Francia, las guerras de Europa y el papel moneda bancario.
La personalidad de San Germán revela que cuando nosotros discutimos las influencias “detrás del escenario”, no estamos hablando necesariamente de caracteres siniestros que se esconden en la sombra de los alrededores haciendo cosas incomprensibles. Generalmente estamos discutiendo sobre gente que son vivientes y coloridos como el resto de nosotros. Ellos aciertan o fallan. Ellos tienen sus penas y sus rarezas como cualquier otro. Ellos ejercen influencia sobre gente que hace cosas. La red de la Hermandad simplemente ha sido un canal efectivo que hace actuar a la gente y los hace mantener en silencio y secreto muchas de las cosas que ellos hacen. La influencia de la red de la Hermandad sólo parece misteriosa y “oculta” debido a que muchas de sus acciones no han sido registradas y son desconocidas para el mundo exterior. La red de la Hermandad corrupta no tiene hoy en día, ni ha tenido nunca, un poder “oculto” efectivo. De aquí que, el mundo puede ser hecho para lo mejor por gente que simplemente actúa y hace. No es necesario ninguna varita mágica. Sólo algo de sudor.
[1] Ibid., pp. 147-148.
(*) San Germán usó muchos apodos, Weldom fue uno de ellos.
[2] Ibid., p. 135.
[3] Ibid., p. 7.
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