DOMINGO 14 DE DICIEMBRE DE 2008
En nuestra vida diaria, como personas espirituales, una de nuestras luchas más importantes es ver más allá del holograma que el ego proyecta: 'soy una víctima', 'nadie me entiende', 'ésa era mi idea', 'yo les voy a enseñar', etc.
Una de mis clases favoritas en el programa de Espiritualidad para Niños, es aquella en la que enseñamos a los niños a bajar el volumen a la voz del Oponente, y subir el volumen a la voz de la Luz. Los niños comprenden que son bombardeados por la emisora de su Oponente, así que ¿por qué es tan duro para nosotros como adultos?
Hoy, bájale a la voz al Oponente y súbele a la voz de la Luz. Estarás maravillado de la hermosa música de fondo que escucharás: los sonidos de tu alma.
En nuestra vida diaria, como personas espirituales, una de nuestras luchas más importantes es ver más allá del holograma que el ego proyecta: 'soy una víctima', 'nadie me entiende', 'ésa era mi idea', 'yo les voy a enseñar', etc.
Una de mis clases favoritas en el programa de Espiritualidad para Niños, es aquella en la que enseñamos a los niños a bajar el volumen a la voz del Oponente, y subir el volumen a la voz de la Luz. Los niños comprenden que son bombardeados por la emisora de su Oponente, así que ¿por qué es tan duro para nosotros como adultos?
Hoy, bájale a la voz al Oponente y súbele a la voz de la Luz. Estarás maravillado de la hermosa música de fondo que escucharás: los sonidos de tu alma.
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